Archive for the ‘Cultura’ Category

Las palomas pasajeras

Thursday, September 15th, 2016

El buzón de mi correo me sorprendió hace unos días con un sobre con el nombre de mi amigo Javi Ruiz en el remite. Dentro había una copia de su nuevo libro “Las palomas pasajeras”, un cuento escrito e ilustrado por él y editado por Chidori Books, editorial nacida “de la unión de dos grandes pasiones: los libros y Japón”.
Sutileza, buen gusto y mucho Japón en sus 36 páginas. Otra pieza para añadir prestigio a mi estantería.

Esta vez, pues la ocasión lo merecía, he decidido presentar el libro de un modo diferente, a través de este vídeo que espero que os guste. Por cierto, la música es de otro gran amigo y amante de Japón, Publio Delgado.

Paint it red

Monday, December 22nd, 2014

Cierta obsesión por la búsqueda de una fotografía con una composición equilibrada y de impacto me llevó a tratar de emular lo que fotógrafos como Michael Freeman, David Präkel o Bryan Peterson escribían y mostraban acerca de esta cuestión en sus imprescindibles obras dedicadas a esta cuestión. Es algo que, por supuesto, aún me ocurre, porque no es tarea fácil conseguir ese tipo de imágenes. Y soy consciente de que es algo que te puede ayudar tanto como obstaculizarte en otras ocasiones: la dependencia de las reglas, por definición, te acabará limitando o haciendo que tu fotografía carezca de originalidad. No es nada fácil la cosa, pero se trata de ir aprendiendo lo que suele funcionar e ir adaptándolo a tu gusto, no hay fórmulas mágicas.

De todas mis fotos hay una que parece estar dentro de las pautas de la composición con impacto. La titulé “Paint it red” y la tomé en los astilleros de Kawasaki, en el puerto de Kobe, hace ya casi seis años. En la imagen unos operarios pintan el casco de un navío de 55100 toneladas de peso muerto con bandera panameña, el “Navios Armonia”.

navios1280

La fotografía obtuvo la “Selección de los editores” en la la comunidad de fotografía 500px.com. Ahora es Camerapixo, una revista online de fotografía independiente quien la publica en su sección “Hot Shots” y me otorga su distinción “Editor´s Choice Award” de cinco estrellas. Todo un honor aparecer en una publicación tan exquisita. Buena manera de comenzar la semana.

Espero que disfrutéis de la revista, yo aparezco en la página 42. Bajo estas líneas la tenéis. ¡Y felices fiestas a todos!

Frente al Pacífico

Friday, July 8th, 2011

En dos de las últimas entradas de este blog os hablaba de mi amiga Montserrat Sanz, profesora de la Universidad de Estudios Extranjeros de Kobe, y precisamente la presencia de algunos de los artículos que ella publica en el diario El Adelantado de Segovia venían a honrar entonces mi humilde espacio web.

Recientemente recibí en mi buzón de correos una grata sorpresa en forma de libro que ella misma me remitía: Frente al Pacífico, una obra en la que Montserrat recopila algunos de sus artículos con el objetivo principal de ayudarnos a comprender mejor las reacciones que el pueblo japonés mostró en los momentos posteriores al desastre del terremoto y del tsunami que asoló la zona de Tohoku en el pasado mes de marzo. Sin duda ahí queda la gran lección que tan desmesurado infortunio nos ha dejado, “el carácter sobrio, digno y estoico de los japoneses” aun en situaciones de máxima extremidad.
(more…)

Chouchin

Sunday, June 13th, 2010

Chouchin es el nombre que reciben los populares farolillos japoneses de papel. Existe en mi barrio un establecimiento en el que uno puede encontrar, además de todo lo necesario para ornamentar esos altares budistas que tienen las casas tradicionales niponas, una gran variedad de estas linternas.
Me llamó la atención un par de modelos que hoy estaban en el muestrario que esta tienda suele colocar frente a sus puertas, los que veis en la imagen:

doraemon

No son precisamente baratos (cuestan unos 2600 yenes), pero si tenemos en cuenta que están hechos a mano pueden que sean un perfecto souvenir para el turista con limitación de equipaje: son pequeños, ligeros y contienen una gran esencia de Japón. ¿Qué os parecen?

Yosakoi

Tuesday, November 3rd, 2009

El yosakoi (su nombre, tomado de un japonés algo lejano en el tiempo, significa “ven por la noche”) es un baile originario de la prefectura de Kouchi, en Shikoku. Comenzó a rodar tras la Segunda Guerra Mundial, allá por 1954. En sus principios vení­a a ser una versión moderna del Awa Odori, la danza tradicional de Tokushima, pero en la actualidad se ha convertido en un estilo muchí­simo más enérgico que combina diversos bailes dentro de complicadí­simas coreografí­as que son puestas en escena por grandes grupos.

yosakoi

Los clubes de yosakoi se distribuyen por toda la geografí­a nacional y son frecuentes los festivales dedicados a él. Concretamente uno de ellos es celebrado en Kobe: el recientemente rebautizado como Kobe Alive, que se celebra desde hace 10 años en la ciudad y que se extiende a algunas localidades vecinas, como es el caso de Maiko. Suele tener lugar a finales de septiembre o en el mes de octubre. En esta ocasión coincidió con un puente festivo, lo que le dio más vida, si cabe, al evento.
Estuve por la zona de Meriken Park, donde estaba ubicado el escenario principal. Fue divertidí­sima la experiencia, todo un subidón de adrenalina. Mi modesto documento visual, que aún seguirá creciendo, lo podéis seguir en el MotomachicakePHOTOblog. Espero, una vez más, que sea de vuestro agrado.

Los Yokai de Fukuhara

Wednesday, April 1st, 2009

El O-dokuro es uno de los personajes de la mitologí­a japonesa, uno más de los abundantes yokai que pueblan el mundo nipón de lo fantástico.

mitsukuni

Mitsukuni (Otaketaro) defying the skeleton-spectre, Ichiyusai KUNIYOSHI (1797-1861)

Cuenta el Heike Monogatari que a mediados del siglo XII existí­a un cruel shogun llamado Taira-no-Kiyomori en la ciudad de Fukuhara, que en la actualidad conocemos por el nombre de Kobe. Una mañana al despertar encontró su jardí­n lleno de calaveras humanas. Cuando llamó a sus criados, las calaveras comenzaron a ensamblarse formando un enorme esqueleto que alcanzaba los 150 pies de altura (aproximadamente unos 45 metros). Se dice que a pesar de que el brillo proveniente de los innumerables huecos de los ojos seguí­a el más mí­nimo movimiento del general, éste permaneció en su sitio devolviéndole la mirada, lo que hizo que el gran esqueleto se desvaneciera sin dejar una señal.

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Taira no Kiyomori haunted by visions, Ichiryusai HIROSHIGE (1797-1858)

En la actualidad la zona de Fukuhara dista mucho del esplendor que tuvo en otras épocas.
Recuerdo que durante mi primer año en Japón frecuentaba mucho un videoclub del centro de la ciudad, aunque por aquel tiempo yo viví­a cerca de la estación de Kobe, quedando la zona más céntrica un poco hacia el este, en el área que conforman los barrios de Sannomiya y Motomachi. Un dí­a uno de los chicos de la tienda (Tsutaya, para ser concretos) me sugirió que visitara el establecimiento que la cadena tiene en el barrio de Fukuhara, pues quedaba más cerca de mi apartamento. Me dibujó un pequeño mapa y esa misma noche me dirigí­ hacia allí­. El especial horario de aquel videoclub me sorprendió, puesto que abrí­a hasta las cuatro de la madrugada, mientras que en el centro cerraban a medianoche. Ese detalle me sugirió que el barrio tení­a una vida nocturna más activa. Como vi por allí­ algo de movimiento me aventuré a explorar ligeramente la zona.

Mi sorpresa fue mayúscula al descubrir que Fukuhara albergaba el distrito del placer de Kobe: decenas de clubes con fotografí­as de chicas en la fachada, porteros con aspecto de matón de pelí­cula ochentera japonesa, conductores de sospechosa apariencia juvenil que paraban una furgoneta frente a uno de aquellos garitos mientras les mostraban un catálogo con la “mercancí­a” disponible en el interior, abuelas que me llamaban a todo varón que por allí­ pasaba (incluido un servidor) para que entrara en sus locales… No cabí­a la más mí­nima duda.

fukuhara

Lejos de sorprenderme por el hecho de que en el aparentemente tranquilo Japón hubiera un rincón tal, pues estos sitios han existido en todas partes desde que el mundo es mundo, me llamó la atención la visible seguridad que a pesar de todo parecí­a imperar.

Algún tiempo después, cuando andaba buscando piso para mudarme descubrí­ que los precios bajaban sustancialmente a medida que uno se acercaba a Fukuhara.

Según dicen muchos de los habitantes de Kobe en dicho barrio se pueden encontrar algunos de los restaurantes más auténticos de la ciudad, por ejemplo para comer fugu, claro que si tuviera que aconsejar al visitante que pisa Kobe por primera vez se me ocurren numerosos destinos a los que darí­a preferencia.

The God of Things as They Ought to Be

Wednesday, March 25th, 2009

billiken

En Motomachi existe desde no hace mucho un restaurante de comida china que anteriormente, según tengo entendido, tuvo su ubicación en Chicago. Se llama Wesley´s y su origen data de 1949. En el escaparate del local se exponen diversas antigíŒedades a las que su propietario pretende darles salida. Allí­ me encontré con el personaje que veis en la foto de arriba. El cartelito que le acompaña viene a decir lo siguiente:

Billiken nació en Chicago en el año 1885. Según dicen si tocas los pies de Billiken y pides un deseo tus sueños se harán realidad. ¡De modo que pruébalo!. Que Dios te bendiga.
Nota: ¡Billiken no es de Osaka sino de Chicago!

Curiosa la información suministrada aquí­, que viene a contrastar con la versión que ofrece el folleto que se distribuye en la Tsutenkaku Tower de Osaka.

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Se cree que la figura de Billiken fue creada en 1908 (año de la patente) por el artista americano Florence Pretz, natural de la ciudad de St. Louis, en Missouri, quien se basó para ello en la imagen de un supuesto dios al que vio en un sueño.
La figura fue nombrada con el objeto de atraer buenos auspicios tras la elección del entonces nuevo presidente de los Estados Unidos, William Howard Taft (esta estrategia tuvo su precedente en el exitoso Teddy Bear, fabricado por Horsman Dolls, Inc. usando el nombre del anterior presidente: Theodore Roosevelt). Billiken fue uno de los primeros muñecos de la historia en ostentar un copyright.

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En la actualidad Billiken es la mascota oficial de la Saint Louis University (universidad jesuita de la ciudad que le da nombre).

La ciudad de Kobe alberga dos imágenes de Billiken del perí­odo inmediatamente anterior a la Segunda Guerra Mundial. Están en los santuarios de Chinju Inari y Matsuo Inari. Ambas fueron mudadas de sus expositores con la llegada de la guerra, cuando las deidades extranjeras perdieron su aceptación.

shinsekai

Sin embargo la representación más famosa de Billiken se encontraba en Luna Park, un parque de atracciones dentro del distrito de Shinsekai, en Osaka. En 1912 la imagen fue puesta dentro de un santuario como un sí­mbolo de lo americano y desde entonces fue venerada como “The God of Things as They Ought to Be”. Después del cierre del parque, en 1923, la estatua de madera se perdió.

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Una réplica fue colocada en la Tsutenkaku Tower del mismo distrito en 1980. Allí­, en la quinta planta del observador es visitada cada año por miles de personas que, tras hacer una simbólica donación en metálico, tocan sus pies para que sus deseos se hagan realidad. La talla es venerada como un dios de la fortuna y de la prosperidad de los negocios.

tsuboraya

En 2005 la figura salió por primera vez de la torre para hacer una breve estancia en los almacenes Tokyu de Shibuya, en Tokio, haciendo de embajadora especial de Naniwa (la Osaka tradicional). Como parte del intercambio cultural una réplica de la estatua del famoso perro Hachiko de Shibuya fue enviada a Osaka.

Posteriormente, en octubre de 2008, la misma figura viajó por un tiempo a la ciudad que vio nacer a Billiken: St. Louis.

javiken

Billiken es el del fondo, ¡el de la derecha soy yo!

Japón, de la katana al manga

Thursday, February 26th, 2009

javier-martinez

Permitid que os recomiende hoy un libro. Se trata del que ha escrito un amigo que casualmente resulta ser la primera persona a la que conocí­ al llegar a Japón. Javier Martí­nez Herrero es un soriano afincado en Japón, paí­s al que su interés por el Extremo Oriente le acabó trayendo en 1971. Desde entonces se ha dedicado al estudio de la cultura y sociedad japonesas, labor que compagina con la enseñanza en el Departamento de Estudios Hispánicos de la Universidad de Estudios Extranjeros de Kyoto.

Dicen que la experiencia es la madre de la ciencia, y este libro viene a corroborar el aforismo. La lectura de “Japón, de la katana al manga” (último tí­tulo editado por el valiente sello Shinden) me resultó en extremo amena a la vez que didáctica. En la contraportada aparece la sí­ntesis que podéis leer a continuación:

Durante la mayor parte de su historia Japón estuvo protegido de invasiones militares por un océano que, sin embargo, no impidió la comunicación con un gran foco de civilización: China. Esta circunstancia geográfica permitió a los dirigentes japoneses adoptar y adaptar a su gusto y conveniencia cualquier elemento foráneo y mantener aislado al paí­s durante más de dos siglos. Así­ surgió una visión del mundo y una forma de vida que diferenciaron a Japón no sólo de los paí­ses occidentales, sino también de los de su mismo entorno.
¿Es, no obstante, Japón un paí­s tan único como todos los japoneses creen? Japón. De la katana al manga es una introducción amena y rigurosa a la fascinante historia del primer paí­s no occidental que ha logrado situarse a la vanguardia tecnológica del mundo.

Y, para que esta entrada de presentación sea lo más fiel posible al propósito del autor del libro, dejo bajo estas lí­neas la transcripción de parte de la intervención que, con motivo del lanzamiento de la obra en cuestión, Javier Martí­nez hizo en el programa “Las noches blancas”, que dirige en Telemadrid Fernando Sánchez Dragó.

Javier Martí­nez : Yo querí­a hacer una pequeña introducción a la historia japonesa. Sobre Japón hay muchos libros, la mayor parte de ellos son de corte personal, empezando por el libro del Padre Arrupe, el general de los jesuitas, “Este Japón increí­ble”, y siguiendo últimamente por el de Felipe Carbajo, que acaba de publicar “El Japón que yo he vivido”. Hay también otra serie de libros dedicados a temas especí­ficos tales como el de Antonio Cabezas, “El siglo ibérico de Japón”, o el de Federico Lanzaco sobre el pensamiento japonés. Yo pensaba que habí­a un cierto vací­o en tratar a Japón como un todo histórico, empezando por la época feudal y llegando hasta nuestros dí­as.

Sánchez Dragó : Los japoneses están convencidos de que viven en un paí­s completamente distinto a todos, hasta el extremo de que se ha creado una especie de disciplina, de asignatura, que es el nihonjinron, que estudia la idiosincrasia japonesa. ¿Es realmente un paí­s distinto a todos como ellos creen?

J.M. : Lo es. Quizás no tanto como ellos creen. Por ejemplo, cuando trato de este tema en alguna de mis clases en la universidad y pregunto: “Bueno, ¿qué tiene Japón que sea diferente de los demás paí­ses?”, pues alguno me puede decir que las cuatro estaciones. Pero, hombre, las cuatro estaciones… en España también tenemos cuatro estaciones. Entonces ciertamente ellos lo llevan a un extremo, pero creo que efectivamente, por razones que explico en el libro (razones geográficas, razones históricas) pues Japón es un paí­s diferente. […]

S.D. : Y además, Javier, de ser un paí­s distinto a todos, al menos desde la óptica japonesa, ¿es un paí­s ininteligible a los extranjeros? Lafcadio Hearn, al tú citas en tu libro, que es uno de los primeros escritores extranjeros que se fue a vivir a Japón, se casó con una japonesa, greco-chipriota, etc., decí­a que se tardarí­an siglos en superar, por parte de los extranjeros, esta infranqueabilidad de las costumbres y también emocional.

J.M. : Sí­, bueno, efectivamente Lafcadio Hearn cuando llegó a Japón no se podí­a imaginar el nivel de internacionalización al que se iba a llegar, entonces hay que tener en cuenta que muchos japoneses viajan al extranjero, después la forma de vida está cambiando enormemente. […] íšltimamente muy pocos aspirantes a ser luchadores de sumo son japoneses: los dos yokozuna, grandes campeones actuales, son extranjeros. Quiero decir con esto que sigue siendo un paí­s difí­cil de entender pero no tanto como evidentemente lo era en la época de Lafcadio Hearn.

S.D. : Bueno, katana y manga, ¿hay dos japones, el Japón del ayer y el Japón del hoy?, o ¿el Japón del hoy, el manga en definitiva, es la prolongación del Japón del ayer en el hoy, la prolongación de la katana?

J.M. : Bueno, Japón es un paí­s de contrastes, “De la katana al manga” podrí­a ser el tí­tulo del libro que Ruth Benedict escribió: el famosí­simo libro “El crisantemo y la espada”. Japón tiene una parte que es, digamos un poco primitiva, un poco violenta, y otra parte que es verdaderamente una contemplación poética de la naturaleza, desde los cerezos en flor hasta incluso el arte del manga. Yo pienso que las dos vertientes están en buena coexistencia en el Japón actual y esto es lo que hace tan interesante a Japón: que podamos ver dos mundos diferentes en la misma época.

Si estáis interesados en adquirir el libro podéis directamente dirigiros a la web de Shinden Ediciones, aunque me consta que está disponible en algunas de las grandes librerí­as, como es el caso de Casa del Libro.

Love & Eros

Sunday, October 26th, 2008

Comentaba en una anterior entrada acerca del barrio de Shinkaichi , en Kobe, que se trata del lugar donde antaño se encontraba el centro de diversión de la ciudad. Precisamente por ello y porque Shinkaichi alberga el Kobe Art Village Center allí­ mismo tiene lugar cada año el Festival de cine “Love & Eros”, que desde el pasado viernes hasta hoy celebraba su sexta edición.

Cartel de la 5ª edición, año 2007.

Y es que Shinkaichi fue entre otras cosas el distrito del placer dentro de Kobe. Ahora esa función le ha sido relegada, moviéndose al vecino barrio de Fukuhara.

Pero la realidad es que este festival está dedicado al público femenino. Se proyectan filmes que van desde el erotismo al porno en su versión más “light”, hay seminarios sobre la profesión de modelo, muestras de moda, exposición de lencerí­a, maquillaje, servicio de manicura y “nails art”, salón de belleza, etc.

Cartel de la 4ª edición, año 2006.

Al festival asisten invitadas de honor que son o fueron actrices del género que motiva el evento.
En fin, no parece que los hombres tengamos mucha cabida en este “eigasai” pero para las feminas no deja de ser una interesante cita. De hecho el gusto con el que son realizados los carteles del festival lo hacen suficientemente cautivador.

Una razón más para que las chicas visitéis Kobe 🙂 .

Saetas sintoí­stas

Friday, September 26th, 2008

Salí­ al encuentro de Ana, que habí­a vuelto de España un dí­a antes. “Nos vemos en Ikuta Jinja en cinco minutos, estaré por allí­ haciendo unas compras” me dijo cuando hablamos por teléfono y comentó algo acerca de una exhibición de artes marciales que estaba teniendo lugar en el santuario. Yo ya estaba pedaleando entonces y, aunque era un poco tarde y habí­a poquita luz, habí­a salido de casa con la cámara –“nunca se sabe lo que uno se va a encontrar por ahí­”, pensé–.

Con Ana ya siente uno ese inusitado privilegio que otorga la confraternidad, cuando el hecho de la ausencia temporal de un amigo no da pie al más mí­nimo distanciamiento en la amistad. Esto suele pasar en contadas ocasiones. Me refiero a ese tipo de reencuentros en los que alguien suelta algo como “parece como si nos hubiésemos visto ayer por última vez”, en referencia a un manifiesto alto grado de complicidad y camaraderí­a.

A las ocho de la tarde, en un dí­a normal, el santuario de Ikuta tiene sus puertas cerradas al público. Al verlo iluminado y con tal congregación de personas durante la noche me sentí­ empujado a entrar para echar un vistazo mientras escuchaba las vivencias de esa especial estancia de Ana en su tierra.

Miembros del club de “kyuudou” (弓道) preparándose para tirar.

Anteriormente habí­a presenciado algún que otro entrenamiento de “kyuudou” (el camino del arco) en las instalaciones de una high school en la que algunas veces hice de asistente nativo en las clases de idiomas. Desde el primer momento pensé que de todas las artes marciales es esta la que confiere mayor elegancia a quien la practica. Y no hace falta ser un aprendiz de tal disciplina para darse cuenta de que es un modo suficientemente eficaz para cultivar virtudes como la perseverancia y la paciencia.

El señor de la foto estuvo poniéndole narración al evento por medio de la megafoní­a del recinto. Al parecer el hombre tiene 82 años y no ha olvidado en lo más mí­nimo la manera de tensar el arco. De hecho fijaos en el modo en que mientras lanza una primera flecha sostiene una segunda con la misma mano que tira del enflechamiento de la cuerda. í‰l no necesita carcaj ni artilugios por el estilo.

Dos chicas extranjeras que figuraban entre el sector más fascinado del público asistente vieron gratificado su peculiar interés cuando uno de los “sensei” las invitó a participar en el evento. Por supuesto todo ello ocurrió bajo la extrema supervisión de los maestros, a pesar de lo cual hay que decir que una de las flechas salió peligrosamente del campo de tiro. La cara de los profesionales mostró algo de preocupación. Luego entendí­ que dicha inquietud radicaba más en el hecho de que la saeta podí­a haber sido dañada que en la posibilidad de que alguien saliera herido, pues en la zona donde fue a parar no habí­a nadie en ese momento. Imagino pues que estos instrumentos han de ser caros. Uno de los instructores, el mismo que recogió el arma lanzada, dijo: “no hay problema, pero, por favor, colocaos más al medio…” mientras reí­a. No obstante las chicas lo hicieron bastante bien. Yo, de seguro, no lo hubiera hecho mejor.

Aquí­ tenéis algunas fotos más de la exhibición:

La tensión sobre el arco se va ejerciendo a medida que los brazos van bajando su posición, manteniendo siempre la flecha paralela a tierra.

Una vez que la flecha desciende a la altura de la boca del arquero es momento de afinar la punterí­a para, tras liberar la cuerda con un ligero movimiento del brazo derecho, ejecutar el tiro.