Archive for August, 2008

In memory of your visit

Thursday, August 28th, 2008

Haruki Murakami vivió una parte importante de su vida en Kobe y en su obra encontramos ese ví­nculo con la zona constantemente.
Recientemente leí­ “Kafka en la orilla”, donde existe un pasaje en el que dos de los personajes de más peso en la novela hacen una parada en Kobe cuando van de camino a Shikoku. Otro ejemplo más claro lo tenemos en el personaje principal de su obra “Norwegian Wood”, Toru Watanabe, que es un joven estudiante natural de Kobe. Dicho sea de paso, desconozco aún por qué demonios lo tradujeron por “Tokio Blues”, igual pensaron que los beatlemanos somos tan estúpidos que comprarí­amos la novela creyendo que se trata de un libro sobre los Fab Four.
Otra de sus obras más conocidas, “After the Quake”, reúne cinco relatos cuyo único ví­nculo común es el terremoto de Kobe. Y podrí­amos seguir citando ejemplos.

Realmente Murakami vivió en Ashiya, una localidad de la prefectura de Hyogo que queda a unos quince minutos en tren desde el centro de Kobe, un área distinguida dentro de la zona, popular por las exuberantes mansiones existentes en la parte norte (una de ellas es la famosí­sima Yamamura House, cuyo diseño arquitectónico pertenece al mismí­simo Frank Lloyd Wright).

Existe un libro de Haruki Murakami titulado “Henkyou, kinkyou” cuya traducción vendrí­a a ser algo como “Región remota, corta distancia”. Se trata de una especie de diario personal de viajes del propio escritor, no es un libro de ficción, se trata más bien de reflexiones personales motivadas por el entorno en cada momento. Hasta donde alcanzo a saber esta obra no ha sido traducida, por lo que si estáis interesados en ella tendréis que leerla en japonés. El penúltimo de sus quince capí­tulos se llama “Kobe made aruku” (“Caminando hasta Kobe”). Ni que decir tiene que el capí­tulo llamó mi atención especialmente cuando Yito me habló de este libro.

Leer la obra completa en japonés es algo que al menos de momento queda fuera de mi alcance. No obstante intentarlo con algunas páginas puede ser ya algo más factible.

Y el porqué de que Yito me hablase de esta obra os lo cuento a continuación. Hace unas semanas, concretamente un lunes –el último del mes de julio–, fui a parar a una pizzerí­a ubicada en el norte de Motomachi, donde está la avenida Yamanote. El lugar se llama Pizza House Pinocchio, y es ya un emblema dentro de la oferta gastronómica de la ciudad. Hací­a tiempo que querí­a probar el lugar y sin más entré. Mi reloj biológico ha cambiado poquito después de venirme a vivir a Japón y eso se traduce en que normalmente llego por los pelos al “lunch time”, esa franja horaria dentro de la cual el almuerzo es más económico. Hombre, bien visto esto tiene la ventaja de que suelo encontrarme los restaurantes con poquitos clientes.
El caso es que al recibir el pedido en mi mesa la pizza vení­a con un papelito triangular como veis en la siguiente imagen:

Y aquí­ lo veis ampliado:

Me pareció muy curiosa la idea. Realmente han numerado cada una de las pizzas que han pasado por el horno de Pinocchio desde su fundación en 1962. Y la mí­a era la número 1149345.

Como me pareció gracioso guardé el papel para mostrárselo a Yito. Enseguida ella se puso a buscar en sus libros y me enseñó una página del anteriormente citado “Henkyou, kinkyou”. Resulta que el famoso escritor decidió, tiempo atrás, caminar los 15 kilómetros que hay desde Nishinomiya hasta Kobe, tomándose su tiempo y escribiendo algunas notas para su diario personal. No caminó esa distancia en un solo dí­a, pues la intención era rastrear bien la zona para conocerla mejor, decisión que me parece alentadora y que quizás imite algún dí­a.
Una vez en Kobe Murakami se dirige a la misma pizzerí­a, donde tiene el placer de degustar la pizza número 958816. Y a raí­z del curioso papelito comienza a indagar para buscarle un significado al hecho en sí­, lo que le lleva a recordar un tiempo cuando siendo más joven compartí­a la mesa con su chica, recibí­an otros papelillos con otros números y hací­an que el tiempo transcurriese mientras conversando planeaban un futuro que nunca llegó a materializarse. A través de algo tan simple como la sucesión numérica el autor medita acerca de la fugacidad del tiempo y de la inexorable fuerza del destino.

En fin, en el lugar se come bien. Tenéis un link para visitar la página del restaurante aquí­. No puedo aseguraros que la comida tenga un efecto mágico sobre el intelecto de los comensales, pero agradable sí­ que será la experiencia 😉 .

Jinrikisha (人力車) de Kyoto

Friday, August 22nd, 2008

Hace un año que el amigo Héctor nos hablaba sobre los “jinrikisha” y explicaba cómo la palabra fue adoptada (previo paso por el correspondiente alfabeto fonético) por los angloparlantes que llegaron a Japón con el objeto de establecer el comercio. Tengo entendido que el término fue adoptado entre 1885 y 1890, en plena época Meiji.
El pasado jueves estuve paseando por Kyoto y encontré a algunos jinrikisha de la antigua capital. Sin duda se trata de una profesión que siempre resulta dura, pero especialmente en la época estival estos porteadores han de quedar exhaustos tras una jornada de trabajo. A ellos va dedicado este pequeño post.

Estas dos chicas no son auténticas geiko, tan solo disfrutan de tal identidad por unas horas.

Este porteador se dispone a girarse para aprovechar al máximo sus fuerzas y comenzar a subir un acuesta.

Visita guiada por los aledaños de Kiyomizudera.

Sin duda el modo más apropiado para pasear por un lugar con tanto encanto como este es ir vestidos de época.

El de la bicicleta es uno de los compañeros de trabajo del porteador que aún está de servicio. Su bronceado le delata.

どんな髪型にしますか? ¿Qué corte de pelo desea?

Thursday, August 14th, 2008

Un corte de pelo para hombre en Japón puede ser desde muy económico (cerca de las estaciones de ciudades medianamente grandes se pueden encontrar barberí­as que por 1000 yenes hacen un trabajito la mar de apañado) hasta prohibitivo (dependerá en gran medida de la zona donde se encuentre el establecimiento, de lo “fashion” que sea y del tipo de arreglo que solicitemos).
Para una mujer el corte suele rondar los 5000 yenes, un tinte unos 6500 y una permanente suele estar entre los 5500 y los 16000 yenes (por dar precios orientativos).

Salón Tam, en Osaka.

Cuando llevaba un año viviendo en Japón decidí­ probar uno de los numerosí­simos salones de belleza que hay en Kobe, un poco cansado de la ruleta rusa que suponí­a ir a una barberí­a del centro de la que nunca salí­ con las patillas cortadas a la misma altura (tampoco me podí­a quejar mucho de ello pues apenas pagaba 1500 yenes). Pero desde entonces no me he cortado el pelo en ningún otro lugar. De hecho fue para mi un inconveniente que mi simpática “designer” (así­ se hacen llamar los chavales que trabajan en estos sitios) dejara su puesto en enero de este año. Tuve que probar con algunos de sus compañeros hasta que di con uno que me deja el pelo más o menos como ella me lo solí­a arreglar.

K・C・PURRE, Osaka.

Imagino que a mucha gente le podrá parecer una pijerí­a que un chico vaya a un salón de belleza habiendo tantas peluquerí­as más modestitas, pero es uno de los placeres que tiene esto de vivir en Japón y mientras pueda pienso seguir dándome el gustazo, oiga.

Mashu Minamihorie, Osaka.

Y, ¿cómo es la cosa? Pues comento: primero uno reserva por teléfono para que nos den una cita a una hora concreta con nuestro estilista habitual; nos presentamos en el sitio y somos recibidos cordialmente por el personal del lugar, que nos ofrecerá su servicio de ropero para dejar mientras tanto cualquier bulto que llevemos en el momento; seremos conducidos a un sillón frente a un espejo donde esperaremos al estilista (mientras tanto nos traerán algo de lectura para que la espera se haga más liviana); cuando llega nos pregunta cómo queremos que quede nuestro cabello (esta persona tiene una ficha personal de nosotros con fotos del resultado de nuestra anterior visita); entonces otro miembro del staff viene y nos lleva a otra zona donde nos lavarán el pelo. Aquí­ yo creo que está la mejor parte pues tras el champú nos dan un masaje en el cuero cabelludo que vale cada uno de los yenes que pagaremos por todo el corte. Las personas que se encargan de lavarnos el pelo, que suelen ser chicas, son aprendices que aún no pueden cortar. Todos los “diseñadores” pasan por ello y me consta que algunos esperan hasta dos años para hacer su primer corte. He conocido a alguna que cansada de esperar lo dejó.

motion, Kyoto.

Una vez que acaba la fase del champú vamos a otro sillón en el que nos cortan el pelo. Es una buena ocasión para practicar algo de conversación –especialmente en mi peluquerí­a, donde nadie habla inglés–. A continuación vamos de vuelta al “champú” y de nuevo masajito.
Finalmente nuestro estilista nos arregla el pelo a nuestro gusto. Salimos de allí­ peinados y sin los molestos pelitos que se alojan en el cuello después de visitar al barbero.

La plus, Osaka.

Luego toca lo más difí­cil: pagar. Y mientras lo hacemos una chica nos hace algunas fotos con una pequeña cámara para la ficha de la que hablábamos antes.
Nos acompañan a la puerta y nos despiden con la misma cordialidad con la que nos recibieron.

Berami Hep Five, Osaka.

En lo anecdótico recuerdo que en una ocasión lloví­a un poco fuera y cuando salí­ de la peluquerí­a una de las chicas salió conmigo con una pequeña toalla en una mano y con un paraguas en la otra. El paraguas era para mí­, gentileza de la casa, y la toalla la usó para limpiar el sillí­n de mi bicicleta… Os aseguro que es verí­dico.

YAYOI~BRAINS EST-dew, Kyoto.

A propósito, una visita a este salón de belleza me sale por unos 5500 yenes, pero se da la circunstancia de que constantemente me enví­an unas postales por correo con descuentos de hasta el 20%. Que yo recuerde quizás una o dos veces pagué el 100%.

Las fotos del post de hoy la he extraí­do de una revista que lleva como tí­tulo カジカジ“ヘア” (“ Kaji Kaji Hair”). Son todas de la edición de verano 2008 para la zona de Kansai, pues querí­a mostraros al mismo tiempo cómo es la moda en cuanto a peinados en Japón. ¿Qué os parece?

Bueno, como propinilla os he preparado una animación flash con algunos de los “hair samples” de la revista:

Kobe Hanabi 2008

Wednesday, August 6th, 2008

Un año más la ciudad de Kobe vistió su cielo de luz y color. Fue el sábado pasado en el Kobe Hanabi Matsuri 2008. Ya he hablado anteriormente en dos ocasiones de esta costumbre en general y de cómo se celebra en Kobe en particular. De modo que está de más que vuelva a repetirme. Se trata de un espectáculo visual, de modo que así­ prefiero mostrároslo: con imágenes.

Los motivos del yukata de esta chica son precisamente fuegos artificiales.

“Haaai, cheese!!!”

Esos llamativos vasos amarillos contienen kakigoori.

El hanabi se disfruta en grupo…

…o en pareja.

Para esta ocasión el Nipponmaru (uno de ellos) estaba abierto al público.

Un modo elegante de admirar el espectáculo, ¿no?

Como elegantes son los andares de esta chica al bajar las escaleras.

Ella espera quizás a su chico, que probablemente estará haciendo cola en algún puesto de comida cercano.

Todos se apresuran, pues el espectáculo está a punto de comenzar y hay que asegurarse un buen sitio.

El estilo a la hora de llevar el yukata… es muy variado…

Como en años anteriores los fuegos artificiales preferí­ verlos desde la terraza con una cervecita:

Monomezurashii

Saturday, August 2nd, 2008

La foto no es nada buena (la tomé mientras caminaba y me da a mi que yo de paparazzi iba a pasar bastante hambre) pero el detalle que se ve en ella no deja de parecerme curioso. ¿Sabéis de qué detalle hablo? 😉