Hacía tiempo que se me antojaron unas sneakers japonesas de la conocida marca Onitsuka Tiger. Muchos la conoceréis por el modelo que llevaba Uma Thurman en Kill Bill.
Pues resulta que en noviembre del pasado año la marca abrió una nueva tienda en Sannomiya, de modo que me acerqué a verla por primera vez hoy, pues se encuentra en una zona del barrio que no suelo frecuentar mucho.
El aspecto de la tienda puede que nos de la impresión de ser un sitio con precios desorbitados, y ciertamente los artículos no suelen ser precisamente baratos, pero los encuentro más razonables que los que veo en otras tiendas como Adidas, o peor aún en Y-3.
Me gusta bastante la serie de posters de “Tiger attacks in…”, para cada una de las ciudades japonesas donde existen tiendas de Onitsuka. Aquí os muestro algunas:
Por cierto, el modelo que me traje es este de la foto, son unas México 66:
Se da la circunstancia de que la ciudad en la que vivo vio nacer a Onitsuka, veamos un poco de historia (se trata de una traducción propia a partir del texto de la web oficial):
corría el año 1949 cuando Kihachiro Onitsuka comenzó a manufacturar zapatillas de deporte en su casa de Kobe. Nacía Onitsuka Co, Ltd.
Cuando por aquel tiempo la gente se iba recuperando de la guerra surgía un creciente interés por el deporte. Las primeras botas de baloncesto japonesas tenían un diseño con la cara de un tigre en la curvatura del pie, y esa llegó a convertirse en la imagen de Onitsuka Tiger.
Todo ello porque Yukio Matsumoto, entrenador principal del equipo de baloncesto de la Kobe High School animó a Onitsuka a fabricar un modelo de calzado deportivo para practicar este deporte. Realmente Matsumoto pensaba que esta disciplina deportiva se haría popular en poco tiempo en Japón. Pero aquel primer modelo realmente se asemejaba más a unas sandalias de esparto que a unas zapatillas de basket, lo que fue motivo de mofa por parte del entrenador.
Desde aquel momento Onitsuka decidió ir a ver los entrenamientos del equipo de baloncesto siempre que pudiera. Observaba los movimientos del pie cuidadosamente mientras se preguntaba como podría permitir a los jugadores realizar paradas y arrancadas con la máxima celeridad.
En verano de 1951, durante unas vacaciones, Onitsuka vio un plato con pepinillos y unos tentáculos de pulpo. Rápidamente se dio cuenta de que la succión ejercida por las ventosas de los pulpos podrían ser la clave de lo que había estado persiguiendo. De este modo aplicó el concepto de las ventosas a la suela de las zapatillas de baloncesto en las que estaba trabajando en aquel momento y ofreció el nuevo calzado al equipo. Uno de los jugadores encontró tan efectivas las nuevas suelas que llegó a caerse cuando frenó repentinamente. Onitsuka ajustó la forma de las ventosas de succión y obtuvo finalmente lo que deseaba: calzado deportivo para basketball que hacía posible realizar frenadas y arrancadas sin deslizarse.
La ayuda de los entrenadores y de los jóvenes jugadores fue crucial para el éxito de Onitsuka. Cuando llevó muestras de sus zapatillas a las tiendas de deporte, la primera respuesta por parte de ellas fue que no podían hacer negocios con él pues era algo que sólo hacían con mayoristas. El joven emprendedor visitó entonces a otros entrenadores de escuelas secundarias y les mostró su trabajo. Ellos se mostraron entusiastas y le acompañaron a las tiendas de nuevo para llevarles a los comerciantes el mensaje de que en lo sucesivo sus estudiantes usarían exclusivamente Onitsuka. Entonces todo lo que él tuvo que hacer fue anotar los pedidos.
El resto de la historia no deja de ser apasionante, la tenéis completa en la página web oficial de Onitsuka Tiger.