Archive for the ‘Shiga’ Category

April, come she will

Thursday, January 14th, 2010

A la vuelta de mi último viaje a España en el pasado mes de noviembre me dijo que no me aguantaba más, que cinco años y nueve meses ya eran suficientes a mi lado. Traté en vano de demorar la llegada de un destino inexorable pero esta vez fue definitivo. Mi viejo Toshiba Dynabook me dejaba. He de reconocer que todo este tiempo me fue bastante fiel (a pesar de Windows).

Puesto a adquirir una nueva máquina me aventuré a cambiar de aires y me pasé al nuevo iMac. La reputación de Vista me hizo dudar del nuevo Windows 7, y las 27 pulgadas de la pantalla decidieron por mi. Y, señores, maravillado estoy.

Pensando en qué podí­amos regalarle a los padres de Kayo se me ocurrió que la función para crear calendarios de iPhoto podrí­a ser perfecta. Busqué fotografí­as tomadas en Shiga y en pocos minutos maqueté un almanaque. Finalmente solicité una impresión. Hoy recibí­ en casa un paquete de Apple. Su contenido podéis verlo en el video que tenéis a continuación.

Música: “April come she will”, Simon & Garfunkel

Frío

Tuesday, January 12th, 2010

“El calor me mata,
la lluvia me pervierte.
Cuando nieva en Sevilla
me gusta verte.”

Kiko Veneno

Aún me hallaba bajo el kakebuton hoy cuando desde el televisor llegaban a mis oí­dos las palabras del presentador de las noticias de TVE. Era el resumen que cada dí­a pasa el canal BS del noticiario del dí­a anterior. La nieve volví­a a visitar la capital hispalense cincuenta y seis años después, ahí­ es nada.

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Por aquí­ se espera una bajada de temperaturas en las próximas jornadas que seguramente acabará tiñendo de blanco los tejados. En momentos y en lugares en los que la naturaleza despliega toda su belleza los rigores invernales se hacen más livianos.

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Hace poco más de una semana, aprovechando la tregua que nos daban los cielos de Shiga, salí­ con la cámara a dar una vuelta por el mismo escenario que ya mostrara aquí­ hace ahora medio año, cuando la fértil tierra de los alrededores del lago Biwa se encontraba en su máximo esplendor, tras la lluvia de la ciruela. Como siempre aquí­ os dejo algunas de las fotos que tomé.

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La lluvia de la ciruela

Thursday, June 25th, 2009

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Son tan fastidiosas como necesarias, las lluvias del tsuyu, las lluvias de la ciruela, las de la fruta que abunda en estos dí­as en los mercados por acá. Es el momento idóneo para llenar un tarro con algunas de ellas, añadir nihonshu, algo de azúcar y esperar pacientemente a que todo ello macere y se convierta en umeshu.

Cuando uno vive en la ciudad cuesta encontrarle el lado positivo a una estación como esta. Pero salimos de la urbe y todo adquiere súbitamente significado. El urbanita se permite la soberbia de considerar superflua la más mí­nima inconveniencia, pensamos que nuestro mundo ha de amoldarse a nosotros. La cura de tal altivez está justamente pasando las fronteras de él, en el campo.

Permitid que os muestre el maravilloso aspecto que cobra el paisaje rural en estos dí­as. Os dejo aquí­ un paseo virtual por la prefectura de Shiga. Espero, como siempre, que sea de vuestro agrado.

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Retratos “made in Japan”

Wednesday, May 14th, 2008

El pasado fin de semana se celebró la octava edición del Shinkaichi Ongakusai, el festival de música del barrio que lleva el mismo nombre. Era la primera vez que í­bamos y sólo pudimos asistir a los eventos programados para el domingo, pues el sábado estuvo lloviendo todo el dí­a.

Shinkaichi queda al oeste de la estación de Kobe, se puede llegar andando apenas cinco minutos. En esta zona de la ciudad encontraremos una calle larga que está flanqueada por unas grandes esculturas que muestran la silueta de un hombre ataviado con un sombrero. Dentro de esta calle está el edificio del Art Village Center, donde tienen lugar algunos festivales de cine interesantes (allí­ se celebró hace ahora cuatro años el Hispanic Beat). En una ocasión oí­ de la boca de un viejo residente que este lugar fue pionero en la proyección de cine en todo Japón.

Si uno sigue subiendo la calle en dirección norte se encontrará con una gran galerí­a que está llena de establecimientos de pachinko y slot, pero donde además econtraremos algunos de los restaurantes con más solera de la ciudad.

La zona fue antaño el centro de la diversión de Kobe, lo que ahora es Sannomiya. Es curioso que en la actualidad los ciudadanos se refieren al lugar como a un sitio peligroso y falto de interés. Es cierto que junto a Shinkaichi está Fukuhara, una zona llena de prostí­bulos, y aquí­ es inevitable establecer la conexión entre un lupanar y el hampa.

A favor del barrio de Shinkaichi puedo decir que a pesar de las pintas que podamos encontrar la gente suele ser bastante campechana, menos estirada que la que pulula por zonas supuestamente más “decentes”. Las primeras impresiones suelen tener poca validez en más de una ocasión, y en más de dos. Esto me recuerda cuando una vez mientras escuchaba a una chica tocar la guitarra en la puerta de la estación se me acercó un vagabundo y me ofreció un café…

Al final de aquella galerí­a de la que hablaba antes está en parque de Minatogawa. Allí­ colocaron el “main stage”, aunque a lo largo de todo Shinkaichi se sucedí­an las actuaciones de grupos de música de todos los estilos, hasta flamenquito tuvimos.

En Minatogawa Kouen también instalaron algunos puestecillos de comida de varios paí­ses (Corea, Sri Lanka, México, Ecuador…) y tenderetes de arte y artesaní­a.

En uno de esos tenderetes conocimos a una chica de origen coreano llamada Sai, muy simpática y bastante guapa. Estaba vendiendo sus postales, algunos muñecos y realizando retratos por 500 yenes. Esta que veis en la imagen es Sai:

Para ella posamos Ana, Yito y un servidor. ¿Nos veis parecido? 😉 :

El caso es que Sai no era la única chica que estaba por allí­ dibujando retratos, también estaba Chika Tanikawa, para quien también posamos pero esta vez por separado. Aquí­ tenéis una pequeña muestra de Chika en acción, video incluido:


Being portrayed by Chika from Javi on Vimeo

Y aquí­ estamos los tres, que parecemos recién salidos de un manga, Dios, qué guapí­simos 😀 :

Este señor era simpatiquí­simo, todo un crack. Tampoco quiso volverse a casa sin su retrato. Al despedirse de nosotros nos regaló un “adios” muy español y todo:

Sutileza de seda

Saturday, May 3rd, 2008

Esta semana pasamos un par de dí­as en la prefectura de Shiga. Allí­ viven los padres de Yito. Su madre se dedica desde que era bastante joven a la confección de kimonos y particularmente de una prenda que se coloca sobre estos en invierno, el “houmongi” (que literalmente significa “prenda para visita”, pero que viene a ser una especie de abrigo). Sus prendas son todas hechas a medida y son vendidas en un establecimiento del centro de Kyoto. Uno se queda embobado al ver en su taller las finas telas de seda estampada que ya de por sí­ son una obra de arte, pero que alcanzarán todo su esplendor al ser lucidas por sus futuras propietarias.

Precisamente andaba yo buscando motivos interesantes entre los retales que ella, Hatsuko, va acumulando en una bolsa para luego desecharlos cuando me propuso que le echara un vistazo a las telas de los kimonos que guarda en uno de los armarios de la estancia. Ni siquiera Yito sabí­a del tesoro que allí­ hay. Y yo descubrí­ el placer de admirar un kimono o un obi al despojarlo de su envoltorio, una sensación que imagino que será mil veces más intensa cuando una japonesa recibe uno de estos vestidos y lo abre por primera vez.

Os he querido mostrar un ejemplo aquí­ con unas fotos en sucesión del acto de sacar un obi de seda de su funda:

Sobre el papel está escrita la palabra “oatsurae”, que significa “hecho a medida”.

Simplemente hemos de ir soltando los lazos de tela y plegando hacia el exterior las solapas del papel.

El obi parece muy ancho pero al vestirlo se pliega una vez quedando su tamaño reducido a la mitad.

Shoko y Ryota

Wednesday, April 2nd, 2008

“Deseo” “ねがいこと”

Ojalá sigamos así­ de enamorados por siempre.
Ojalá algún dí­a nos casemos y seamos felices.

(Esto de arriba lo escribe la chica, Shoko)

Shokotan, que seas siempre así­ de alegre y bonita.

(Y esto otro lo escribe su chico, Ryota)

“Ema” fotografiado en el santuario de Ikuta, en Kobe.

El corazón de madera con el mensaje romántico escrito en él es un “ema” (絵馬). En cualquier santuario sintoí­sta que visitemos encontraremos estas tablitas de madera.
Para entender su origen es necesario fijarse en los dos ideogramas que componen este vocablo: “絵”, que significa “dibujo” y ”馬”, que significa “caballo”. Ocurrí­a en la antigíŒedad que los caballos eran entregados como ofrendas votibas votivas por los fieles en los templos sintoí­stas. La costumbre llegó a alcanzar tal auge que para los sacerdotes “kannushi” (”神主”) llegó a un punto en el que era imposible atender tantas oblaciones. Finalmente hubo que optar por sustituir a los animales por unas tablillas de madera con la forma de un équido o simplemente un dibujo de este. Con el tiempo las formas se diversificaron, incluso cada templo le fue dando una forma personal caracterí­stica en algunos casos.

Si tenéis la ocasión de visitar uno de estos santuarios y entendéis un poquito de japonés os resultará interesante curiosear los negaigoto de los fieles. Además dependiendo de la época los deseos serán de un tipo determinado, así­ tendremos cientos de “ema” amorosos en San Valentí­n u otros pidiendo fortuna en los exámenes en época de evaluación escolar, por ejemplo.

Estos ratoncillos también estaban en Ikuta Jinja:

Aquí­ dos chicas escribiendo su negaigoto en el mismo santuario:

Más “ema”, estos en Hieizan, en Otsu, prefectura de Shiga:

Aquí­ curioseando junto a mis buenos amigos Mari íngeles y Paco, en Itsukushima Jinja (fijaos en que estas tablitas muestran el famoso torii de Miyajima):

Y en Kiyomizudera, buscando la sombrita:

El altar

Friday, October 12th, 2007

Caminando por los aledaños del castillo de Hikone durante el pasado Obon encontré este curioso altar de la imagen:

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El detalle de la siguiente foto fue el que me llevó a tomar la instantánea:

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Al ver en casa detenidamente la imagen ampliada advertí­ la presencia de estas extrañas muñecas:

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Desconozco el significado del altar, pero me aventurarí­a a afirmar que se trata de un rincón de culto dedicado a las almas de los niños difuntos. Lo digo sobre todo por la existencia de grullas de papel como las de Sadako en Hiroshima.
¿A alguien se le ocurre otra explicación para el altar?

El Castillo de Hikone

Tuesday, September 18th, 2007

Hace un mes ahora de nuestra última visita a la prefectura de Shiga. En esta ocasión fuimos para repetir aquel viaje del año pasado a la isla de Chikubushima, para mostrársela a nuestros amigos Mari íngeles y Paco, que creo que quedaron satisfechos con la excursión. Pero para aprovechar mejor el dí­a salimos tempranito de Kobe para reservar unas horas de la tarde y visitar el Castillo de Hikone.
El castillo data del siglo XVII. Su construcción comenzó paralela al perí­odo Edo y la familia damyíµ Ii, señores feudales que gobernaban la zona, fue responsable de ello.
El inicio de las obras se remonta al año 1603 y todo el proceso duró unos veinte años.
Este año la ciudad de Hikone celebra el cuarto centenario del castillo, mostrando al público secciones del recinto que normalmente tienen un acceso restringido.

Esta estatua ecuestre está en la plaza ubicada junto a la estación de ferrocarril de Hikone, se trata de Ii Naosuke, señor feudal:

El letrero en el cartel de la siguiente imagen dice “Encuentro con lo auténtico, Joka-machi, Hikone” (ほんものとの出会い、城下町、彦根). Joka-machi es un término que designa a las ciudades que eran erigidas alrededor de un castillo. La joka-machi de Hikone merece una mención especial pues en la actualidad podemos tener una certera idea de como serí­a esta zona de la ciudad antaño y no sólo eso sino que en una parte en concreto, conocida como “Yume-kyobashi Castle Road” se está llevando a cabo un proceso de reconstrucción de dicho sector, adaptando locales de la era actual Heisei al perí­odo de Edo. Pasear por estas calles es una experiencia increí­ble.

En la entrada principal, la Omote-mon, dejamos atrás la ciudad para comenzar el ascenso al castillo. Cruzamos para ello uno de los puentes que salvan uno de los tres fosos que protegí­an el recinto.

Una vez en el interior encontramos una serie de peldaños de piedra que hacen que el ascenso se complique un poco, especialmente si el dí­a es tan caluroso como el que elegimos nosotros. Estos escalones son diferentes en altura y profundidad y constituí­an un defensa ante los posibles invasores. Hemos de tener en cuenta que un soldado enemigo los hubiese tratado de subir siempre a un ritmo acelerado, no iba a poderse permitir ir al mismo ritmo que nosotros cuando lo visitamos. Es un detalle obvio pero importante.

La estructura del puente de madera que se levanta sobre nuestras cabezas es impresionante:

He oí­do que esta campana aún marca la hora en Hikone, aunque sólo en cinco ocasiones cada dí­a:

Ya arriba divisamos el Tenshu, la estructura principal del castillo, que consta de tres alturas que se elevan a 21 metros. Fue designada Tesoro Nacional en el año 1952, rango que ostenta junto a otro maravilloso castillo, el de Himeji.

Llegados a este punto habí­amos dejado atrás bastantes escalones que habí­amos subido bajo un sol de justicia. Pero nos aguardaba una pequeña sorpresa, algo simple pero efectivo. Se trata de unos tubos que expulsan agua frí­a pulverizada tan fina que parece vapor. Uno se coloca debajo y puede refrescarse a gusto. Un dí­a después fuimos a Hiroshima y volví­ a ver el invento en la estación de JR.

Aquí­ vemos como mi colega Paco aprovecha el artilugio:

Una imagen del Tenshu desde otra perspectiva:

Desde el interior del Tenshu la vista de la ciudad y del lago Biwa es sencillamente impresionante. Eso sí­, para poder disfrutar de ella hemos de subir unas escaleras cuya pendiente parece estar hecha a mala idea. Además hemos de hacerlo descalzados pues está prohibida la entrada con cualquier tipo de zapatos o zapatillas. Pero merece muchí­simo la pena:

En esta foto podemos ver la base sobre la que se alza el Tenshu:

Y ya desde la sombra de los arces y los cerezos (más de mil cerezos rodean el castillo) una última toma antes de proceder a la visita de los jardines Genkyu-en, pero eso lo veremos en este blog otro dí­a 🙂 :

Kakigoori

Tuesday, August 21st, 2007

先週の水曜日に僕たちのスペイン人の友達”マリ・アンヘレスとパコ“と、琵琶湖の” 竹生島“と言うある島に行った。めっちゃ暑かったから、かき氷を食べた。スペインのかき氷はそんな甘くない、スペインのはすっぱいです。でも、どちらも美味しい!。竹生島は本当にきれいな所です、二回に行った、彦根から。
おすすめです!

Coincidiendo con la subida del mercurio en los termómetros, en Japón por todas partes aparecen unos anuncios en forma de pequeñas banderitas de tela, llamadas “tsurisage hata” (吊り下げ旗), como esta que veis en la foto:

El ideograma mostrado es el de “koori”, que significa hielo. Pero la banderita nos indica que en el establecimiento donde se muestra podemos comprar “kakigoori”, un tipo de granizado dulce, hielo con sirope de múltiples sabores, que van desde el melón hasta la naranja, pasando por la granada, el matcha o el “ramune”, entre otros. Después si lo queremos endulzar aún más (yo no lo suelo hacer) podemos añadirle un chorrito de leche condensada.

Aquí­ os pongo un par de fotos donde vemos “kakigoori”, la primera tomada en Nara, hace ya un par de añitos, la segunda algo más reciente, del año pasado, cuando fuimos a Chikubushima, una preciosa isla en el norte del lago Biwa. En la foto Yito se está zampando un “kakigoori” de limón.

Chikubushima es un lugar con un encanto especial, uno de esos lugares que no suelen aparecer en las guí­as y que una vez que uno los visita se acaba alegrando de que así­ sea, para que de ese modo no acaben siendo objetivo de las aglomeraciones de turistas. Así­ que os lo recomiendo, pero con os lo digo con la boquita muy pequeña.
Puesto que desde hace ocho dí­as están aquí­ en Kobe nuestros amigos Mari íngeles y Paco, decidimos incluir a Chikubushima dentro del plan de visita de Kansai. A ellos les encantó.
El siguiente video lo grabé allí­ mismo, justo a la entrada del recinto, en la misma tiendecita donde paramos el año pasado y donde también en esta ocasión nos sentamos a refrescarnos un poco en uno de los dí­as más calurosos de lo que llevamos de verano. Podéis ver cómo se prepara un buen “kakigoori”:

Mii-dera (三井寺)

Thursday, July 12th, 2007

Otro de los grandes templos de Otsu (considerado también uno de los cuatro grandes templos del paí­s junto a Todai-ji, Kofuku-ji y Enryaku-ji), en la prefectura de Shiga, es Mii-dera, (antiguamente conocido como Onjo-ji). Su fundación data del s. VII (672 d.C.). Se trata de la sede de la sección principal de la rama Jimon, perteneciente a la escuela budista Tendai.
Su origen se debe a la decisión de crear una división de Enryaku-ji, en el vecino monte Hieizan, pero ocurrió que posteriormente ambas entraron en conflicto y el templo que nos ocupa llegó a ser arrasado en múltiples ocasiones por los monjes guerreros de Enryaku-ji. La razón principal de estas diferencias radica en que cada templo poní­a énfasis en una doctrina distinta: Mii-dera lo hací­a en el Mikkyo (el Budismo Esotérico) mientras que Enryaku-ji lo hací­a sobre el Hoke-kyo (los Sutras del Loto).
Durante la pasada Golden Week tuve la oportunidad de visitar el complejo de Mii-dera. Hasta ahora no habí­a encontrado el momento de preparar algunas de las fotos de aquel dí­a para subirlas al blog, y como habí­a tantas y querí­a mostraros el máximo número posible de ellas me ha quedado un poco largo el post. Espero que lo disfrutéis.

Si queremos llegar a Mii-dera lo mejor es caminar en dirección noroeste desde la estación de Keihan Hama-Otsu, el paseo es bastante agradable y el paisaje es de lo más pintoresco. Si lo hacéis en coche encontraréis un parking bastante amplio a la entrada del templo.

Aquí­ tenéis el mapa del recinto. La verdad es que la visita merece la pena hacerla con tiempo. Ya sabéis que este tipo de lugares suele cerrar al público a eso de las cinco de la tarde y podéis ver que el lugar no es precisamente pequeño:

La entrada la efectuamos a través del Daimon, “la gran puerta”, una contribución del Shogun Ieyasu Tokugawa, en 1601:

Este señor regaba los alredores de la puerta para refrescar el ambiente:

Una vez dentro nos dejamos atrapar por un esplendoroso verdor, como el de los arces, que teñirán de rojo el paisaje en otoño:

El pequeño pabellón es una de las ocho famosas escenas de Omi, la prefectura de Shiga, y se conoce como Mii-no-bansho. En su interior se encuentra una de las tres campanas más famosas del paí­s. Se trata de un tesoro cultural y se dice que su sonido es uno de los más bellos que una campana de sus caracterí­sticas puede producir:

Seguimos caminando y tras la arboleda se adivina la silueta de lo que parece una pagoda:

Efectivamente se trata de una pagoda de tres alturas, una que antaño estuvo en el recinto del Castillo de Fushimi en Kyoto. Ieyasu Tokugawa se encargó de moverla a su emplazamiento actual. Por cierto, el término “pagoda” significa tumba en “Pali”, la antigua lengua de la India. En sánscrito se llama “stupa”. Una pagoda, por tanto, no es una torre sino una tumba, la de Bhudda.

Proseguimos nuestro camino hacia el sur, entre pasillos de roca rodeados de arces y de algún que otro cerezos aún en flor:

El suelo parcialmente cubierto de pétalos de la flor del sakura:

Se trata de una especie cuya floración es algo más tardí­a que la de los cerezos que pueblan los parques japoneses:

No conozco el nombre de este pequeño pabellón rojo, pero me llamó la atención gratamente verlo entre musgo, ramas repletas de hojas nuevas y… hojas de arce rojizas, en plena primavera:

Por su estilo está más cerca de ser un templo del estilo de los que se pueden ver por Corea o China:

En mitad del recinto hay un lugar donde han habilitado una gran jaula que contiene un importante número de pavos reales cuyo canto puede ser escuchado desde cualquier lugar del complejo:

Más al sur, en un camino de tierra abierto entre los árboles que cubren la montaña encontramos alguna que otra figura budista:

El terreno en esta parte no parece ser el más adecuado para caminar por allí­ en un dí­a de lluvia:

La última zona que visité es en la que encontraremos el Kannon-Do, construido a raí­z de una petición del Emperador Gosanjo, en 1072. Se trata de uno de los treinta y tres templos budistas Saigoku, santuarios de peregrinación. En concreto es el número catorce. La vista desde el lugar alcanza al lago Biwa, al monte Mikami (el Fuji de Omi), al monte Hira y a Hieizan.

Para alcanzar esta parte hemos de subir algunos escalones:

Los tejados están en un estado un poco malo, pero están siendo restaurados:

El Kannon-do:

Hace algún tiempo os hablé de un libro, “Saishiki no Kyoto”, que recogí­a viejas fotografí­as coloreadas de los templos de Kyoto y alrededores. Esta imagen de la misma zona de Mii-dera que vemos en estas últimas fotos pertenece a ese libro:

En esta foto hay una persona escondida… busquemos a Wally!:

Y un servidor mirando las aguas de Biwa: