Archive for the ‘Kobe’ Category

Yoshikazu Yasuhiko

Monday, April 14th, 2008

Yasuhiko Yoshikazu (安彦良和), es un conocido animador y mangaka dentro de la industria del anime japonés, natural de Hokkaido, donde nació el 9 de diciembre de 1947.

Dejó sus estudios en la Universidad de Hirosaki (en el norte de Japón) y fue contratado por la compañí­a Osamu Tezuka´s Mushi Productions en 1970 como animador. Posteriormente se hizo autónomo y trabajó en varias producciones de animación para cine y televisión. En 1981 obtuvo el Premio Seiun (un homólogo japonés del Premio Hugo) en la categorí­a de Arte. En 1988 empezó a trabajar como artista de manga y cuatro años después ganó el Premio Nippon Mangaka Kyokai, y en el año 2000 recibió un Premio de Excelencia en manga por la obra “Ōdō no ku” en el Festival de Artes Mediáticas de Japón. Es también conocido como novelista e ilustrador de ciencia ficción. Algunos de sus trabajos más destacables como diseñador y director son Brave Reideen, Combattler V y Mobile Suit Gundam.

Ilustración de Mobile Suit Gundam (1981)

Menos conocido es el hecho de que fue el diseñador de los personajes principales de “Dirty Pair”, mucho antes de que el primer anime o manga aparecieran, cuando estaban ilustrando las historias cortas de “Haruka Takachiho” que se convirtieron en 1980 en la novela “fixup” (término que se refiere a la obra literaria que surge a partir de relatos cortos previamente publicados) de nombre “Great Adventures of the Dirty Pair”.

Póster de la “Dirty Pair” (1981)

En los últimos años su producción artí­stica se ha diversificado, creando trabajos como “Joan”, una historia de tres volúmenes que narra la historia de una joven francesa que vive en la época de la Guerra de los Cien Años, cuya vida encuentra grandes paralelismos con la de Juana de Arco; y “Jesus”, una obra biográfica sobre Jesucristo, en dos volúmenes.

Ilustración para la serie “Jeanne” (1995-1996)

Dibujo para “Nijiiro no Trotsky” (1992-2000)

El artista siempre firmas sus trabajos como “YAS”.

Las ciudades de Kobe y Akashi acogieron desde el pasado 27 de marzo hasta el 8 de abril la exposición “Original Works of Yasuhiko Yoshikazu” cuyo carte podéis ver aquí­:

Se da la circunstancia de que el mundo del anime y el manga no están entre mis devociones, pero cuando se trata de casos que trascienden al arte (casos que dicho sea de paso me temo que podrí­an ser contados con los dedos de la mano) sí­ que muestro interés. Y creo que a este artista sí­ deberí­a de considerársele como tal. Además, si encima te ponen la exposición en tu mismo barrio y el acceso es totalmente gratuito está incluso mal no asistir a ella.

La muestra de Kobe tuvo lugar en el Art Hall, junto a la estación JR de Motomachi, a apenas un minuto al norte de la misma. En la entrada colocaron un enorme póster de su obra “Namuji” (perdonad por la foto, no era fácil tomar una buena imagen con la luz del lugar):

El Art Hall está dentro del edificio de 兵庫県学校厚生館 (“Hyougoken Gakkou Kouseikan”, en la primera planta.

Yo compré el de la exposición de Yasuhiko Yoshikazu, que al no tratarse de una presentación a gran escala traí­a consigo un regalito, el autógrafo del artista:

Portada (arriba) y contraportada (abajo) del catálogo.

Sin duda una obra que le dará categorí­a a mi estanterí­a 🙂 .

Los datos sobre la biografí­a del autor están extraí­dos en su mayorí­a de la versión en inglés de la Wikipedia.

Suwako

Friday, April 11th, 2008

Hace un año que supe de Suwako, la huésped más veterana del zoológico de Ouji, en Kobe, un elefante hembra que llegó a Japón desde la India en 1951 y que habí­a nacido algunos años antes, en 1943. Entré en su habitáculo y quedé sorprendido por el enorme tamaño del paquidermo. Dicen que apenas salí­a de allí­ desde que su pareja, Tarou, murió en 1994. Pareja que no consiguió dejar descendentes.
Hoy, a sus 65 años, falleció en su zoo.

Suwako era el animal más longevo de Japón.

Uno de los elefantes de Ouji Doubutsuen paseando entre cerezos.

Sin duda es una noticia triste, Suwako era más que un sí­mbolo para la ciudad. Pero sus seguidores deben de estar contentos, pues en la cara positiva el zoo de Ouji tiene desde el pasado mes de octubre un nuevo miembro, nacido allí­ y que por ello lleva el nombre del parque. Ouji es un elefante que pesó al nacer 154 kilogramos y que ya ha subido a los 337 kgs. Ojalá este pequeño tenga una vida tan longeva como la de la que hasta hoy fue su vecina.

El nuevo huésped de Ouji. (Estas dos fotos son de la página web oficial del zoo)

Una semana en imágenes

Saturday, April 5th, 2008

Martes

Sesión de fotos de boda junto al edificio que ahora se conoce como “Cafe du Kobe”, que antaño fuera el Consulado Americano.

La flor de una de las múltiples variedades de cerezo que existen por aquí­. Concretamente esta de la foto estaba en Sannomiya junto al “koukashita”.

Miércoles

Me suelo cruzar con este gato siempre que paso frente a la barberí­a de la imagen. Un animal muy “otonashii” (tranquilo).

Jueves

Entrada principal al santuario de Ikuta. Esta semana las cámaras de los teléfonos móviles han trabajado duro en Japón…

Bar de “yakitori” en Motomachi. Me encantan los anuncios “retro” de marcas de cerveza.

Viernes

Pocos sitios para una jornada de “ohanami” como el Zoo de Ouji.

Te mizu (手水)

Saturday, April 5th, 2008

En la entrada de templos y santuarios en Japón siempre encontraremos unos pilones de piedra en los que los visitantes realizan un pequeño ritual conocido como “temizu”.

Pilón del templo de Kiyomizu, en Kyoto.

Ayer estuve dando un paseí­to por Ikuta Jinja, buscando cerezos. Es un santuario muy instructivo, siempre que hacen algún evento colocan tablones explicativos para enseñar a los no instruidos la manera de actuar. Ya hace tiempo os mostraba uno de ellos, concretamente el del “gosanpai”. Pues ayer vi que habí­an colocado uno muy similar para explicar el “tsukaikata” del “temizu”:

“Primero nos lavamos la mano izquierda.
A continuación nos lavamos la mano derecha.
Finalmente cogiendo agua con la mano izquierda nos enjuagamos la boca.”

Shoko y Ryota

Wednesday, April 2nd, 2008

“Deseo” “ねがいこと”

Ojalá sigamos así­ de enamorados por siempre.
Ojalá algún dí­a nos casemos y seamos felices.

(Esto de arriba lo escribe la chica, Shoko)

Shokotan, que seas siempre así­ de alegre y bonita.

(Y esto otro lo escribe su chico, Ryota)

“Ema” fotografiado en el santuario de Ikuta, en Kobe.

El corazón de madera con el mensaje romántico escrito en él es un “ema” (絵馬). En cualquier santuario sintoí­sta que visitemos encontraremos estas tablitas de madera.
Para entender su origen es necesario fijarse en los dos ideogramas que componen este vocablo: “絵”, que significa “dibujo” y ”馬”, que significa “caballo”. Ocurrí­a en la antigíŒedad que los caballos eran entregados como ofrendas votibas votivas por los fieles en los templos sintoí­stas. La costumbre llegó a alcanzar tal auge que para los sacerdotes “kannushi” (”神主”) llegó a un punto en el que era imposible atender tantas oblaciones. Finalmente hubo que optar por sustituir a los animales por unas tablillas de madera con la forma de un équido o simplemente un dibujo de este. Con el tiempo las formas se diversificaron, incluso cada templo le fue dando una forma personal caracterí­stica en algunos casos.

Si tenéis la ocasión de visitar uno de estos santuarios y entendéis un poquito de japonés os resultará interesante curiosear los negaigoto de los fieles. Además dependiendo de la época los deseos serán de un tipo determinado, así­ tendremos cientos de “ema” amorosos en San Valentí­n u otros pidiendo fortuna en los exámenes en época de evaluación escolar, por ejemplo.

Estos ratoncillos también estaban en Ikuta Jinja:

Aquí­ dos chicas escribiendo su negaigoto en el mismo santuario:

Más “ema”, estos en Hieizan, en Otsu, prefectura de Shiga:

Aquí­ curioseando junto a mis buenos amigos Mari íngeles y Paco, en Itsukushima Jinja (fijaos en que estas tablitas muestran el famoso torii de Miyajima):

Y en Kiyomizudera, buscando la sombrita:

Hanakuma Minami Town

Wednesday, March 26th, 2008

-Vaya, parecí­a que iba a llover pero la cosa se ha quedado en cielos nublados.
-¿Son esos árboles de la mediana cerezos?
-No, es aún temprano para eso, son un tipo de árbol del melocotón, como los que veí­as en “Los Sueños” de Kurosawa.
Naruhodo… ¡Mira, parecí­a que sólo iban dos chicas en las bicis pero hay una tercera!
-Jaja, yo he llegado a ver a una mamá con sus tres churumbeles en la bici.

-Sigamos por aquí­, hacia el final del paso elevado.

-Sí­, hacia el 247.

-El sitio que quiero mostrarte está aquí­ abajo. Se llama Hanakuma Minami Town, es el cuarto tramo de Motoko Town.
-Espera un momento, ¡quiero volver a sentir pasar el tren por encima de mi cabeza!

-Venga, ¡baja!, yo ya estoy aquí­, a tu izquierda. Y cuidado con las escaleras, estas no están tan limpias… Parece que son el resguardo nocturno de algún vagabundo.

-Bueno, mira, este es un lugar algo inusual en Japón. No esperes tiendas modernas, ni orden, ni escuchar “irasshai”, esto es un trocito del Japón profundo dentro de la ciudad.
Pero te gustará, ya lo creo.

-Mira, este abuelete vende ordenadores portátiles de las primeras generaciones. Menudos armatostes, me recuerdan mi viejo Amiga500.

-La mayorí­a de los tenderos son gente bastante mayor. A veces me pregunto cómo vivirán, si solo dependerán de sus viejos negocios o recibirán algún tipo de ayuda del estado. De todos modos se les ve felices aquí­, se pasan el dí­a charlando con sus vecinos o mirando la tele, como ella. ¿Te has fijado en que allí­ hay una escalera que lleva al piso superior?. Aunque te parezca increí­ble algunos viven arriba. Otro de los misterios es cómo puede uno dormir debajo del ferrocarril…

-Buscabas una cámara, ¿no? Pero aquí­ los precios quizás estén un poquito altos. Mejor más cerca de Motoko 7. Aunque esta Minolta de la derecha parece estar en muy buen estado.

-¡Mira qué simpático el pelopincho!
-Jejeje, ¿sabes?, se trata de un idol de los 80, de un grupito que se llama “Seikima II” (聖飢魔II). Y mira, detrás tienes al abuelete del KFC.

-¿Y estos?
-¡Ah!, estos son los Rats & Stars (ラッツ&スター), más nostalgia de los 80.

-Fí­jate en estas dos nenas, a eso es a lo que se llama aquí­ estar “pocchari”.

-¿Significa estar gordita?
-Bueno, viene a significar “estar graciosamente rellenita”.

-Este debe de ser Ganesha.
-Sí­, el “conductor de las huestes celestiales”.

-¡Hombre, guitarras!
-Bueno, no encontrarás marcas muy conocidas, pero sí­ instrumentos a precios muy razonables. Si se trata de tener una guitarrita para guerrear mientras uno está de paso por Japón es el lugar idóneo. Mira esa acústica de cuerpo semi-metálico, quedarí­a bien en mi casa, ¿no? Además es curioso, detrás tienen puesto el vinilo del “Hey Jude” versión americana junto al CD y algunas fotos.

-¡Wow!, cuántos cartuchos.
-Sí­, Nintendo rules… Sé de uno que fliparí­a en esta tienda.

-Otro viejo conocido, Ultraman. Esta figura es una de aquellas viejas expendedoras de chicles. Creo que habí­a que accionar sus puños para conseguir la goma de mascar.

-Este no sé si es un combatiente de Vietnam o el mismo Michael en sus buenos tiempos.

-¿Y quién será está linda azafatita?
-Pues no sé decirte, pero el de detrás sí­ que es más popular.

-Estamos llegando al final, allí­ ya empieza Motoko 3.
-Bueno, eso quiere decir que nos quedan tres tramos de curiosidades.
-Sí­, pero aquí­ no hemos terminado, no te pierdas el bolso de este chico porque lleva sorpresa…

Lapsus linguae

Saturday, March 22nd, 2008

Ayer lloví­a. Fue un dí­a gris muy feote, con vientos fuertes y temperaturas un poco frí­as.
Es mala suerte que el único dí­a festivo del mes sea así­, pero la primavera es lo que tiene.
Para no malgastar el dí­a decidí­ pasarme por los almacenes Conan, que son algo parecido a los Leroy Merlí­n que hay en España, para traer unos paneles de madera y hacer algunos arreglillos en casa.

En Conan suele haber buenas ofertas (no sólo venden todo tipo de utensilios para el bricolaje, también existe material de oficina, droguerí­a, tienda de fotografí­a, electrodomésticos, etc.). Yo buscaba, entre otras cosas, un cúter. Esta palabra es un anglicismo que viene de la palabra “cutter”, a su vez derivada del verbo “cut”. Supongo que esto no supone ninguna novedad para los que lo leéis. Quizás sí­ desconozcáis que en japonés se usa la misma palabra aunque, por supuesto , adaptada al alfabeto fonético del idioma. De esto modo tenemos el vocablo “カッター”.

Pero en la sección de cuchillas habí­a un letrero que decí­a “Special Price, タッカーに注目”, que significa literalmente “Precio especial, atención a las TAKKAA (タッカー)”.

Y aquí­ se me ocurren dos posibilidades: la primera es que al que escribió el cartel se le fue el santo al cielo (ど忘れすれ) y donde quiso escribir KATTAA cambió el orden de los kana. La otra posibilidad serí­a que la misma persona confundiera un cúter con una grapadora de pistola, que sí­ que se dice TAKKAA en japonés (aunque precisamente allí­ no habí­a ninguna de estas máquinas).

¿Por qué opción os inclináis vosotros?

Motomachi Cake

Friday, March 21st, 2008

Tomé el nombre de una pastelerí­a del barrio para mi blog. Recuerdo que estaba abriendo la cuenta en aquel sitio llamado bitacoras.com (del que muchos tuvimos que salir algún tiempo después porque el servidor fallaba más que los augurios de la bruja Lola) y tení­a todos los campos requeridos rellenos excepto el del tí­tulo del blog. Entonces me puse a pensar en cosas cercanas que supuestamente guardaran algún ví­nculo con lo que en lo sucesivo fuera a aparecer en mi página. Y dicen que no hay nada más evocador que un aroma, de modo que pensé en los que asocio a este rincón de Kobe. Así­ llegué a una pequeña lista de tres opciones concretas: el café, el té houji y el bizcocho de Motomachi Cake.

El primero de ellos me pareció demasiado común dentro de la ciudad. Hay buení­simos cafés en Kobe. Obviamente no hablo de ninguna de las cadenas modernas de cafeterí­as sino de las clásicas kissaten que hay repartidas por doquier, por tanto no me pareció un elemento distintivo.
El segundo es uno de los olores que siempre recuerdo como de los primeros que pude retener el dí­a que llegaba a Japón por primera vez. Tiene para mi un significado especial y guarda toda esa confusión que experimenta el recién llegado, la excitación ante lo mucho que le queda por conocer.

De manera que solo me quedaba una opción. Si abro por la mañana la ventana de la terraza entra por ella el aroma de la harina, los huevos y el azúcar recién horneados que viene de Motomachi Cake. El nombre me pareció perfecto y me sigue pareciendo muy adecuado.

Hoy pasé por la tienda a comprar unos pasteles y estando allí­ pensé que le debí­a una pequeña dosis de veneración. Después, en casa tomamos un cafelito y aproveché para sacar una foto del “pastelito de Motomachi”. Este en concreto es el más popular de la pastelerí­a:

Se llama “zakuro” (ざくろ), que significa “granada” en español, pero curiosamente sus ingredientes no tienen ninguna relación con el fruto del granado. Quizás debe su nombre a su apariencia. Sea como fuere la cosa es que es una delicia que tan solo cuesta 250 yenes. Se trata de una de las joyas de la reposterí­a local, cualquiera que presuma de conocer la ciudad habrá oí­do hablar alguna que otra vez sobre Motomachi Cake.

Lo cierto es que desde hace unos dí­as están de reformas, pero mantienen el negocio mientras tanto en una pequeña tienda anexa, además de la que existe en los almacenes Daimaru.
Si sois golosos, como nosotros, y pasáis por Kobe no dejéis de visitar Motomachi Cake.
Igual hasta coincidimos por allí­ 😀 .

Ohanami informatizado

Wednesday, March 19th, 2008

El domingo estuvimos de paseo por Suma, explorando una zona que a pesar de estar a cuatro estaciones de Kobe en la lí­nea JR apenas conocí­a. El sitio tiene su atractivo, hay playa y montaña, aunque es en cierto modo demasiado tranquilo para mi, no vivirí­a allí­ a pesar de que con un alquiler como el mí­o aquí­ seguro que tendrí­a algunos metros cuadrados extra. Pero creo que necesito algo de bullicio cerca de mi, el transitar de la gente en la ciudad y la actividad de esta parece ser que me tranquiliza más que la serenidad de un lugar como Suma. Aunque es cierto que su playa cambia de cara en verano, y entonces llega a tocar el extremo opuesto.

Por cierto, allí­ acababan de abrir una nueva estación que comunica mejor con el acuario de la localidad, uno de los más importantes de Kansai. La estación se llama “須磨海浜公園”. Entre dicha estación y la principal encontramos un pequeño pero interesante templo sintoí­sta llamado “Tsunashiki Tenmangu” (“綱敷天満宮”). Atraí­dos por las flores de los ciruelos y de algún que otro tempranero cerezo que se vislumbraban desde el exterior a través de la cerca de piedra del santuario entramos a echar un vistazo.

Sobre el templo en sí­ y acerca del resto del dí­a os hablaré en otra entrada. Hoy quiero mostraros algo que nos llamó la atención por lo inusitado del hecho en sí­. En las ramas de los diferentes árboles que pueblan el recinto penden unas tarjetitas plastificadas con un código QR impreso, uno de esos que pueden ser escaneados fácilmente con un teléfono móvil de tercera generación. En la siguiente imagen podéis ver un ejemplo:

Y aquí­ veis la tarjeta ampliada (si disponéis de un teléfono móvil con la opción de escaneado de código QR podéis hacer la prueba ustedes mismos, os aseguro que funciona):

Si procedemos a hacer la prueba y el código es leí­do con éxito obtendremos una pantalla similar a esta:

Una vez aquí­ continuaremos abriendo el ví­nculo y podremos ver una nueva pantalla:

Si hacemos scroll verticalmente podremos leer toda la información contenida en la página, donde se nos informa de la especie a la que pertenece, el perí­odo de floración, peculiaridades que supuestamente nos ayudarán a distinguir el árbol de otros similares, etc.:

Como podéis ver se trata de la versión más interactiva de la contemplación de las flores, el ohanami informatizado ha llegado.
La verdad, a mi estas cosas me chocan bastante. Siempre he admirado la muy sana y buena costumbre de los japoneses de salir a disfrutar del regalo que la naturaleza nos hace por estas fechas cada año, por ello la idea (en principio muy instructiva y todo eso) de que en cada arbolito me vengan a colocar a partir de ahora una estampita me hace sentir pavor de cómo puede evolucionar y en qué puede derivar esto.

Sacando los viejos kimono del ropero

Monday, March 10th, 2008

Me consta que hay mujeres en Japón que profesan el exquisito arte de vestir el kimono como prendas habituales. Es algo diferente de usarlo para ocasiones especiales, tales como ceremonias de bodas, o para asistir a conciertos, obras de teatro, etc. Esta japonesas a las que me refiero han encontrado una nueva afición en ello. Frecuentan las viejas tiendas de Kyoto donde compran las prendas usadas a precios irrisorios para posteriormente restaurarlas y arreglarlas a su medida, y luego vestirlas conjuntándolas con los accesorios adecuados. Hay todo un mundo en ello.
Conocí­ el año pasado en Miyajima a una elegantí­sima señora que, aún cuando estábamos bajo un sol de justicia y a casi cuarenta grados, hací­a gala de su delicadeza a la hora de llevar el kimono. Me hablaba con pasión del placer que para ella suponí­a salir a visitar los lugares de interés histórico y religioso vistiendo de ese modo, y viajaba casi siempre sola.
íšltimamente veo que chicas más jóvenes están adoptando esa costumbre añadiendo al mismo tiempo un toque retro al asunto. Sé de chicas que asisten a la universidad diariamente con dichos atuendos. Me maravilla el resultado y estoy encantado de poder cruzarme por la calle con gente con un gusto tan singular y extraordinario.
Cerca del lugar donde trabajo existe una casa de té en la que últimamente se dan cita durante los fines de semana muchas de estas chicas. Ayer me encontré con un pequeño grupo y les pedí­ que posaran para una foto, a lo que ellas amablemente accedieron.
¿Qué os parecen?