Miyajima, primera parte

El segundo dí­a que pasamos en Hiroshima nos dirigimos a la isla de Miyajima, para visitar el Templo de Itsukushima. Dicen que según una antigua creencia cada lugar de la isla es tan sagrado que incluso las colinas y las aguas de allí­ son dioses. Y de verdad el sitio es impresionante, de visita obligatoria, de hecho no me importarí­a para nada repetir el viaje.
La historia nos dice que, inspirado por aquellas creencias, un comandante militar muy religioso, llamado Taira no Kiyomori, mandó construir el complejo de templos que allí­ existen como una parte integral del entorno natural, allá por el siglo XII.
Las subidas y bajadas de la marea son las responsables de que el santuario principal nos dé la impresión de estar flotando, casi suspendido en el aire rozando las aguas.
Afortunadamente tuvimos la punterí­a de llegar en el momento en el que las aguas estaban más subidas, el espectáculo visual asegurado.
Hoy os enseñaremos el primer tramo de la incursión, desde el ferry hasta la puerta de Itsukushima Jinja, templo del que os hablaremos en un posterior post (suena eso un poco redundante, ¿no?).

Para empezar echemos un vistazo al escenario que se presenta ante nuestros ojos cuando el ferry nos va acercando al puerto de Miyajima:

Una vez llegamos lo primero que nos llama la atención es la presencia de decenas de ciervos. Son salvajes y antes de acceder al lugar nos avisan de que estos animales están acostumbrados a comer papel y tela, y nos advierten que debemos tener cuidado con nuestras pertenencias personales, puesto que algunas pueden ser alimentos de ciervos
en potencia…

Existe un curioso monumento que nos indica que el templo es Patrimonio de la Humanidad. El monumento es una gran piedra con forma de rombo, con aspecto de granito rojo pulido con un enorme orificio en su centro, a través del cual podemos ver un aspecto lateral del famoso O-torii. En mi foto la marea está demasiado alta pero cuando baja podemos ver en el torii la forma del kanji “naka” (中):

Hay un camino de arena que nos conduce al templo, pero con el clima veraniego y puesto que algunos coches estaban levantando demasiado polvo al pasar por allí­, decidimos andar por la orilla del mar, un mar verde, limpio, que rompí­a sus olas junto a nosotros. Es fácil ver pequeños cangrejos y peces. Aquí­ Yito os señala el O-torii:

El agua verde y al fondo la zona oeste de las afueras de la ciudad de Hiroshima:

Aquí­ un padre con su pequeña se refrescaba un poco del calor, 37 grados de justicia con una humedad sofocante, eso os aseguro que hace que la ropa se pegue al cuerpo. Si no estamos acostumbrados es una sensación poco agradable, pero a todo se acostumbra uno, qué remedio!:

En esta zona con un poquito de arena muchos chiquillos se remojaban un poco. El agua está suficientemente limpia como para ver con total nitidez el fondo a varios metros de la orilla:

Volviendo a nuestro camino encontramos esta bonita esquina de un restaurante de udon. Todos buscando la sombra, esta joven hembra de ciervo también:

Bueno, si os gusta la fotografí­a el sitio es una invitación perfecta a no parar de sacar instantáneas. Aquí­ os dejo una pequeña y humilde muestra de mis vanos intentos por emular a los grandes fotógrafos de los que veo trabajos en libros, revistas y salas de exposiciones por cualquier ciudad de Japón, ya os comentaba alguna que otra vez la gran afición que aquí­ existe por el tema. Esta primera foto me costó más que nada espera y paciencia, puesto que encontramos a un matrimonio que se habí­a vestido con yukata para la visita a Itsukushima. Ellos también iban sacando fotos por todas partes, así­ que aproveché para buscar un ángulo muy diferente al de ellos para sacar esta foto, que es en realidad una foto de una chica que estaba siendo retratada a su vez, pero seguro que desconocí­a que más de un objetivo la enfocaba:

Lo mismo puedo deciros de estos chicos. Aquí­ podéis entender el calor que hací­a!:

Y finalmente una foto de un Jinrikisha, autentiquí­simo él, con su coleta y corte de pelo tradicional. Hay varios por la zona. Calor daba sólo verle con esas ropas y además el hombre tirando del carro…

Por hoy hasta aquí­, la próxima vez os mostraremos el interior de Itsukushima Jinja.

Querí­a finalmente mandar una felicitación grande a todos los que como yo hoy estamos de cumpleaños, nuestro Betis cumple 99 añitos, que no son pocos!. Que cumplas muchí­simos más, Betis, y que los celebremos contigo siempre.
Musho Beti!!!!!

8 Responses to “Miyajima, primera parte”

  1. Ikari Luis says:

    Realmente es una visita obligadisima si se esta en japon. Yo aproveche mi visita a hiroshima para ir a miyajima por la tarde, y pasar por alli unas 2 horas viendo la maravilla del paisaje y haciendo fotos ^^

    Solo llegar ya supe q me enamoraria el lugar, solo ver desde el ferry el enorme o-torii ya te kedas anodadado y asi estuve el resto de mi viajecito por la isla.

    Si vuelvo a japon, sin duda repetire!!! *___*

    La foto de la chica en Yukata es preciosa!!! Y la del chico es muy graciosa xDDD

    Saludos ^^

    PD: los ciervos de Nara son mas peligrosos >_

  2. Wix Rocks says:

    Con ese calor, ¿No estuvisteis tentados de daros un buen baño?

    Por cierto, magnifica la foto de la esquina con el restaurante de udon. Esas fotos suelen ser las que más me gusta ver.

    Un saludo.

  3. ELICO says:

    Que bien!! Que envidia me dais que habeis visto el Torii de Itsukushima Jinja con la marea mas subida!! Era maraviloso el paisaje.
    Seguro que el paisaje desde el templo seria bonito como el Torii.Espero tu ploximo blog sobre el templo.

    Saludos a Vito y Yito!!

  4. Vito says:

    Ikari Luis, gracias. Seguro que tendrás ocasión de repetir el viaje, hombre.

    Wix Rocks, de verdad que estuvimos tentados, el dí­a estaba para ver el Torii desde el agua, la verdad.

    Eriko, tú no te puedes quejar!, jajaja, vives en Japón, así­ que puedes volver a Miyajima cuando quieras 🙂
    Además, dicen que es bonito ver el Torii con los ciervos cerca de.

    Saludos a todos!.

  5. Algogoku says:

    Yo ya tengo ganas de estar por allí­ para ver todo eso.
    Por cierto, me ha encantado vuestro reportaje, enseña cosas que otros no han enseñado nunca. Me gusta.

    Saludos.

  6. Faboo says:

    Me encanta la foto de “chica que estaba siendo retratada a su vez”.

  7. irukina says:

    Hola:
    No conozco los ciervos de Miyajima pero en Nara, un ciervo me arrancó el mapa de la mana y se lo zampó: esto es totalmente verí­dico. ¡Increí­ble!
    Por cierto, me han encantado las fotos. Son muy muy buenas

  8. Algogoku says:

    Irukina, no eres la unica (o unico?). A mi tambien se me zampó el mapa uno de Nara, jejeje…

Leave a Reply