Archive for the ‘Cultura’ Category

Cultura de Japón, entrega de sus artesanos

Thursday, July 31st, 2008

Cualquiera que piense por un momento en lo intrí­nsecamente japonés, en el wafū (和風), muy posiblemente verá como por su mente no tardará en aparecer la imagen un tatami. Pocos aromas pueden llegar a evocar Japón como el suyo, especialmente cuando las esteras son nuevas.

Personalmente me declino a favor de un suelo de piedra pulida por la dificultad que entraña el mantenimiento del tatami –cualquiera que se dé una vuelta por una droguerí­a japonesa podrá deleitarse ante la cantidad de productos dedicados a dicho cuidado, tales como insecticidas para eliminar los dañinos ácaros que se reproducen en su interior–. Pero si uno presta la debida atención a este tipo de suelo son múltiples las ventajas que puede ofrecernos, por ejemplo su blandura, su tacto y una buena adaptación a un clima en extremo húmedo como el de estas islas.

En casa sólo tenemos una habitación con suelo de tatami, pues es lo normal en los dormitorios. En pisos más grandes suele haber un cuarto denominado “waheya”, enteramente de estilo japonés tradicional, con el suelo cubierto de esteras. Su función es la de servir como lugar para tomar el té, concretamente cuando recibimos alguna visita, aunque también hace las veces de cuarto de invitados.

Seamos partidarios o no del tatami hay algo que es innegable y es la exquisitez de su fabricación. Hace unos dí­as encontré cerca de la estación de Kobe un expositor de la compañí­a de tatami Yawaragiya, cuyo lema he tratado de traducir para darle nombre a esta entrada. Allí­ un empleado me mostró algunos de sus productos, los que os muestro a continuación:

En la imagen podemos ver cinco tipos diferentes de tatami. El primero de ellos lleva el nombre de “きわみ”, que viene a significar “el sumo placer”. Para obtener diez piezas de tatami (habitualmente una sola tiene unas medidas de 1.50 metros por 90 centí­metros) es necesaria la paja producida por un campo de 3000 tsubo (un tsubo corresponde a 3.305785 m2). La suavidad que se consigue en su textura es inmejorable. Pero su precio es de 61.950 yenes, si el tatami es completamente nuevo, y 42.630 yenes, en caso de que sólo decidamos cambiar la parte superior (la única que queda a la vista). Por supuesto hablamos del valor de una sola estera.
El resto de tipos y sus respectivos importes los listo a continuación:

–“やさしい” (suave), se producen cien piezas a partir de 3000 tsubo; el precio es de 29.400 yenes nuevo o 20.790 con la segunda opción anteriormente citada.

–“そこやか” (sano, saludable), se producen 500 piezas usando 3000 tsubo; su precio está fijado en 24.990 o 17.010 yenes.

–“つどい” (tertulia, reunión), no se describen los detalles de producción pues este tipo y el que viene a continuación son las opciones más económicas; nuevo cuesta 19.110, del otro modo sale en 13.020 yenes.

–“はぐくみ” (para criar y proteger), su precio es de 12.600 u 8.400 yenes.

Para tejer la paja se usan telares como el de la siguiente fotografí­a:

Para finalizar os muestro algunas imágenes del proceso de obtención de la paja desde su plantación hasta su posterior selección una vez resecada:

Como podéis ver hay todo un mundo tras algo que pudiera parecernos un objeto sencillo a simple vista. En lo que a mi respecta trataré de mostrar la debida atención hacia el tatami en lo sucesivo. Ahora puedo explicarme el porqué de ciertas supersticiones sobre la manera de andar sobre él.

Yokai Attack!

Wednesday, June 25th, 2008

YíŽkai (妖怪) es un vocablo formado por dos ideogramas que significan independientemente “calamidad, embrujar” y “misterio, aparición”. La palabra es traducida con frecuencia por “demonio”, “fantasma”, “duende” o “espectro”, pero según los autores del libro del que hoy os quiero hablar se trata de traducciones tan imprecisas como “guerrero japonés” lo serí­a de “samurai” o “pescado crudo con arroz” de “sushi”. ¿Y qué son, por tanto, los yíŽkai?, pues en palabras de Hiroko Yoda y Matt Alt “se trata de los monstruos más espeluznantes de los que nunca hayamos oí­do hablar”.

Yokai Attack! es un divertido mini-tratado sobre estos personajes, algunos de los cuales son parte de la mitologí­a del paí­s mientras que otros permanecen a la espera de trascender a tan honorí­fica categorí­a y son hoy por hoy leyendas urbanas.

Como su tí­tulo completo indica este librito es una guí­a de supervivencia para extranjeros y de ahí­ parte su planteamiento. Se nos presenta un total de 50 de estas criaturas por medio de detalladas fichas que nos ofrecen una más que variada información como la que podéis ver en esta imagen de ejemplo:

Por lo general a cada yíŽkai se le dedican cuatro páginas donde no faltan ilustraciones, algunas modernas del artista de manga Tatsuya Morino (la que está bajo estas lí­neas, por ejemplo, que corresponde a la ficha de arriba), y otras clásicas (grabados, pinturas sobre paneles, acuarelas, etc.).

No deja de tener gracia el hecho de que la fecha de publicación impresa en esta obra coincide con el jueves de esta misma semana, como si los yíŽkai hubieran hecho de las suyas…

Será distribuido en Europa por Kodansha Europe Ltd. Su precio en Japón es de 1600 yenes. Para más información os dejo este link.
En opinión de Steve Niles, creador de la pelí­cula “30 Days of Night” se trata de una lectura esencial para cualquier fan de los monstruos, el horror y el manga.
Si queréis la mí­a puedo deciros que es un ameno paseo, desbordante de sentido del humor, por uno de los aspectos más extravagantes (¿deberí­a decir “friki”?) de la cultura japonesa. De momento está disponible en inglés.

Osake wa tanoshiku tekiryoude

Thursday, June 19th, 2008

Actualmente, en Japón, la mayorí­a de los anuncios publicitarios de marcas de cerveza tienen como elemento central a una chica. Las fotos siempre buscan recrear aquellas usadas en anteriores décadas, incluso en las prendas que las modelos visten. De esta manera nos será difí­cil a los que no estemos familiarizados con las caras de estas jóvenes “idols” distinguir uno de estos pósteres nuevos de los genuinos.

Estoy seguro de que no faltará alguien que vislumbre un toque machista en el tema. A mi, sin embargo, me parecen bastante interesantes, especialmente si nos remontamos a los orí­genes de este tipo de publicidad, allá por los años 30 (e igual me quedo corto).
Primero me gustarí­a mostraros un par de imágenes donde podéis ver algunos anuncios actuales:

íšltimamente encuentro que muchos izakaya optan por una decoración retro y una parte que no suele pasar inadvertida es la pared, donde con cierta frecuencia podemos ver reproducciones de carteles publicitarios de época. Imagino que pueden ser adquiridos en cualquiera de los museos que algunas de estas marcas tienen. No me extrañarí­a que establecimientos como Tokyu Hands también los tuvieran. En muchas ocasiones alguien me pregunta por ideas para llevarle a la familia algún bonito omiyage, pues bien, aquí­ tenemos una buena opción. Os dejo tres ejemplos, uno de Asahi y dos de Sapporo:

Este último es muy curioso, con la tipografí­a escrita de derecha a izquierda, algo muy frecuente en este tipo de cartelerí­a.

Por cierto, encontré en la red una página de un artista que se dedicaba a la ilustración publicitaria en los primeros años de la era Showa, allá por los años 40. Su nombre es 多田北島 多田北烏 (Ootada Kitashima, creo que se lee, se lee Tada Hokuu) y su web está aquí­.

Ajisai

Monday, June 16th, 2008

“Ajisai” (紫陽花 o アジサイ) significa “hortensia”. Este arbusto de origen japonés, cuya floración precede a la temporada de lluvias y se extiende durante varias semanas, abunda por doquiera que nos movamos en esta isla.
Como ocurre con toda flor tí­pica aquí­ los japoneses admiran su florescencia, llegando a ser otro sí­mbolo artí­stico más, que alude a esta época del año, de igual modo que el “sakura” y el “ume” aluden a la primavera.
En la siguiente imagen podéis ver algunas “ajisai” que fotografié el pasado viernes en Kobe:

Pero estos sí­mbolos trascienden al arte, no son exclusivos de él. Por ejemplo podemos ver referencias a ellos en la gastronomí­a propia de cada estación. Y especialmente en la reposterí­a. Como ejemplo os muestro un dulce conocido en Japón como “konpeitou”, que toma su nombre del portugués “confeito”, que significa “dulce de caramelo”. Su origen en Japón se remonta al año 1569, cuando el misionero portugués Luí­s Froí­s entregó como presente una caja de este dulce a Oda Nobunaga con el objeto de conseguir el permiso para transmitir el cristianismo en estas tierras.

Aquí­ veis una caja de “konpeitou” con los colores del “ajisai”:

Realmente los tonos del caramelo nos evocan la flor de la hortensia:

El dulce es bien simple, sus ingredientes son azúcar y colorante. Por cierto, este en concreto que os enseño es un regalito de Kanagawa que recibí­ la semana pasada:

“Ajisaidayori”, que podrí­amos traducir como “noticias del ajisai”:

No country for tall men

Thursday, June 12th, 2008

Siendo franco uno no es precisamente alto lo que se dice alto. Españolito corriente de media estatura. Y la verdad es que no ser un Pau Gasol es algo que facilita mucho las cosas a la hora de vivir en Japón. Como muestra un botón, fijaos en el izakaya que descubrimos el domingo pasado en Kobe, a eso llamo yo un “óptimo aprovechamiento espacial”:

Por cierto, el lugar se llama Munakata y su especialidad es el Umeshu, tienen varias decenas de cocktails a base de licor de ciruela, y algunas comidas también contienen dicha fruta. Un lugar interesante si no padecéis de claustrofobia y si lleváis bien eso de sentaros al estilo japonés 😉 .

Inkan

Tuesday, June 10th, 2008

Seguramente habéis visto alguno de esos sellos que los japoneses usan del mismo modo que nosotros usamos nuestra firma. Existe una versión más artí­stica que pintores y calí­grafos estampan en sus trabajos y que de por sí­ constituyen otra obra de arte.

Siempre me han atraí­do estos últimos y un dí­a encontré en una tienda de “shodo” todo lo necesario para fabricarme mis propios “in”. Además un kit no era nada caro, de modo que me aventuré a probar. Y lo cierto es que el resultado es bastante convincente.

Un sello siempre supone un bonito regalo para un amigo, especialmente para aquellos que de vez en cuando tienen la buena costumbre de usar el correo tradicional. Además ellos siempre sabrán distinguir entre un presente así­ y cualquier otro, pues el tiempo que empleamos en realizar el trabajo es también el tiempo que pensamos en ellos.

Hoy trataré de mostraros cómo hacer un sello. Empecemos por ver los materiales que usaremos:

A la izquierda tenemos tres piedras diferentes. Su precio es muy variado, pero puedo deciros que ninguna de las que aparecen en la imagen supera los 300 yenes. Su aspecto es parecido al del mármol y de hecho jurarí­Â­a que de ese tipo de caliza de trata. Lo que veis a la derecha es una especie de gato hecho con dos tacos de madera (en el centro se les ha practicado un corte en ángulo) que están unidos por medio de dos tornillos con sus palometas para agarrar bien la piedra. No recuerdo el precio de este utensilio, pero no creo que superase los 500 yenes. Finalmente debajo tenemos un estilete de doble punta con el que realizaremos la talla.

Bueno, primero necesitamos un dibujo de los ideogramas o los kana que tengamos en mente para nuestro sello. En el caso de las imágenes que veis elegí­Â­ los caracteres hiragana correspondientes a “A-na” (あな) pues querí­Â­a hacerle un regalito a mi amiga Ana. Yito se encargó de escribir varios tipos y yo escaneé el que más me gustó. Con ayuda de Photoshop estiré el diseño para adaptarlo a la base de la piedra, cuadrada en esta ocasión. Después imprimí­Â­ el resultado pero invirtiendo los colores y volteando la imagen horizontalmente, pues es obvio que tenemos que tallar la imagen en sentido contrario al que aparecerá en el papel (todos tuvimos nuestras sesiones de Barrio Sésamo, ¿no? 😉 ).
Luego coloqué un trocito de papel de carbón sobre la piedra y usé celo para fijarlo bien. Sobre este puse del mismo modo el diseño impreso. Aquí­Â­ podemos ver esta fase del proceso:

A continuación con un lápiz bien afilado rellené la parte en blanco del dibujo y retiré el papel y el carboncillo. El dibujo se ve de manera muy tenue, por eso yo siempre lo repaso con un rotulador permanente de punta fina:

La siguiente fase es la más delicada, aqué­ necesitaremos un poquito de pulso y buen control de la mano, pues a la mí­Â­nima que nos descuidemos se nos va el estilete y nos cargamos el motivo. Mi consejo es tallar con suavidad y lentitud, cavando el surco en varias pasadas. De vez en cuando necesitaremos hacer pruebas sobre papel con un tampón (el que veis en la foto es de una de esas tiendas de todo a 100 yenes):

Una vez que conseguimos la impresión deseada ya tenemos listo nuestro sello. Si quedan imperfecciones siempre podemos suavizarlas con una lija de agua del tipo más fino que encontremos:

Para que nuestra pequeña obra esté siempre bien conservada podemos usar una de las cajitas que encontraremos en las mismas tiendas que venden el resto de los materiales:

Pues ya habéis comprobado, los materiales están al alcance de cualquier bolsillo, el proceso es bastante entretenido sin requerirnos demasiado tiempo y, como dicen los de Master Card, la sonrisa de una amiga no tiene precio 🙂 .

わるい マナー (Warui manaa)

Thursday, May 22nd, 2008

Supongo que siempre ha existido y existirá ese sentimiento de los adultos hacia las generaciones más jóvenes acerca de la educación y los buenos modos, de su determinada carencia o total ausencia según el caso. Siempre parece que cualquier tiempo anterior fue mejor que el presente en este sentido y tristemente pudiera ser que los más veteranos tuvieran mucha razón visto lo visto.

Hoy caminaba por la zona de Kenchoumae, en Motomachi, justo donde se ubica el Instituto de Enseñanza Secundaria de Ikuta (神戸生田中学校). Allí­ los estudiantes habí­an colocado en la valla que circunda el edificio una serie de dibujos, que ellos mismos han realizado, con mensajes que nos recuerdan algunas cosillas importantes que no debemos de olvidar. La cosa va de dibujos últimamente. Aquí­ tenéis una muestra:

“Está prohibido dormir en clase”, no creáis que es algo tan obvio, yo he podido comprobar que esto es de lo más normal por aquí­…

“¿No está usted confundido?”, en referencia a las pintas que se ven por las escuelas (uniformes modificados, peinados poco apropiados, maquillaje, etc.).

“¿Está corrompida la moral?”, más de lo mismo pero algo más esquemático.

“Mantengamos limpia la escuela”, una labor que forma parte de los deberes del estudiante en Japón. Y me parece genial, es un modo de inculcar en los chicos la idea de que lo que es público ha de ser cuidado como lo personal.

“El tren no es tu cuarto”, que se refiere al comportamiento molesto de algunos jóvenes dentro del vagón (usan el teléfono móvil, hablan en voz alta, se maquillan, hacen mal uso de los asientos, etc.).

“¡Vamos a saludar!”, esta se la podí­an aplicar muchos adultos también, por ejemplo algunos de mis vecinos… 😀

“Tiremos la basura”, para algo están la papeleras, aunque dicho sea de paso a veces es difí­cil encontrarlas en Japón.

“Objetos prescindibles”, reprimir el í­mpetu consumista en Japón lo veo dificilillo…

“Prohibido, no respires el humo de la hierba”, clara alusión al rechazo que produce el tabaco en esta sociedad. En este barrio en concreto existen ya zonas sin humo.

Retratos “made in Japan”

Wednesday, May 14th, 2008

El pasado fin de semana se celebró la octava edición del Shinkaichi Ongakusai, el festival de música del barrio que lleva el mismo nombre. Era la primera vez que í­bamos y sólo pudimos asistir a los eventos programados para el domingo, pues el sábado estuvo lloviendo todo el dí­a.

Shinkaichi queda al oeste de la estación de Kobe, se puede llegar andando apenas cinco minutos. En esta zona de la ciudad encontraremos una calle larga que está flanqueada por unas grandes esculturas que muestran la silueta de un hombre ataviado con un sombrero. Dentro de esta calle está el edificio del Art Village Center, donde tienen lugar algunos festivales de cine interesantes (allí­ se celebró hace ahora cuatro años el Hispanic Beat). En una ocasión oí­ de la boca de un viejo residente que este lugar fue pionero en la proyección de cine en todo Japón.

Si uno sigue subiendo la calle en dirección norte se encontrará con una gran galerí­a que está llena de establecimientos de pachinko y slot, pero donde además econtraremos algunos de los restaurantes con más solera de la ciudad.

La zona fue antaño el centro de la diversión de Kobe, lo que ahora es Sannomiya. Es curioso que en la actualidad los ciudadanos se refieren al lugar como a un sitio peligroso y falto de interés. Es cierto que junto a Shinkaichi está Fukuhara, una zona llena de prostí­bulos, y aquí­ es inevitable establecer la conexión entre un lupanar y el hampa.

A favor del barrio de Shinkaichi puedo decir que a pesar de las pintas que podamos encontrar la gente suele ser bastante campechana, menos estirada que la que pulula por zonas supuestamente más “decentes”. Las primeras impresiones suelen tener poca validez en más de una ocasión, y en más de dos. Esto me recuerda cuando una vez mientras escuchaba a una chica tocar la guitarra en la puerta de la estación se me acercó un vagabundo y me ofreció un café…

Al final de aquella galerí­a de la que hablaba antes está en parque de Minatogawa. Allí­ colocaron el “main stage”, aunque a lo largo de todo Shinkaichi se sucedí­an las actuaciones de grupos de música de todos los estilos, hasta flamenquito tuvimos.

En Minatogawa Kouen también instalaron algunos puestecillos de comida de varios paí­ses (Corea, Sri Lanka, México, Ecuador…) y tenderetes de arte y artesaní­a.

En uno de esos tenderetes conocimos a una chica de origen coreano llamada Sai, muy simpática y bastante guapa. Estaba vendiendo sus postales, algunos muñecos y realizando retratos por 500 yenes. Esta que veis en la imagen es Sai:

Para ella posamos Ana, Yito y un servidor. ¿Nos veis parecido? 😉 :

El caso es que Sai no era la única chica que estaba por allí­ dibujando retratos, también estaba Chika Tanikawa, para quien también posamos pero esta vez por separado. Aquí­ tenéis una pequeña muestra de Chika en acción, video incluido:


Being portrayed by Chika from Javi on Vimeo

Y aquí­ estamos los tres, que parecemos recién salidos de un manga, Dios, qué guapí­simos 😀 :

Este señor era simpatiquí­simo, todo un crack. Tampoco quiso volverse a casa sin su retrato. Al despedirse de nosotros nos regaló un “adios” muy español y todo:

Book Vender

Tuesday, May 13th, 2008

Expendedora de “libros” fotografiada en Shinkaichi, Kobe.

Yoshikazu Yasuhiko

Monday, April 14th, 2008

Yasuhiko Yoshikazu (安彦良和), es un conocido animador y mangaka dentro de la industria del anime japonés, natural de Hokkaido, donde nació el 9 de diciembre de 1947.

Dejó sus estudios en la Universidad de Hirosaki (en el norte de Japón) y fue contratado por la compañí­a Osamu Tezuka´s Mushi Productions en 1970 como animador. Posteriormente se hizo autónomo y trabajó en varias producciones de animación para cine y televisión. En 1981 obtuvo el Premio Seiun (un homólogo japonés del Premio Hugo) en la categorí­a de Arte. En 1988 empezó a trabajar como artista de manga y cuatro años después ganó el Premio Nippon Mangaka Kyokai, y en el año 2000 recibió un Premio de Excelencia en manga por la obra “Ōdō no ku” en el Festival de Artes Mediáticas de Japón. Es también conocido como novelista e ilustrador de ciencia ficción. Algunos de sus trabajos más destacables como diseñador y director son Brave Reideen, Combattler V y Mobile Suit Gundam.

Ilustración de Mobile Suit Gundam (1981)

Menos conocido es el hecho de que fue el diseñador de los personajes principales de “Dirty Pair”, mucho antes de que el primer anime o manga aparecieran, cuando estaban ilustrando las historias cortas de “Haruka Takachiho” que se convirtieron en 1980 en la novela “fixup” (término que se refiere a la obra literaria que surge a partir de relatos cortos previamente publicados) de nombre “Great Adventures of the Dirty Pair”.

Póster de la “Dirty Pair” (1981)

En los últimos años su producción artí­stica se ha diversificado, creando trabajos como “Joan”, una historia de tres volúmenes que narra la historia de una joven francesa que vive en la época de la Guerra de los Cien Años, cuya vida encuentra grandes paralelismos con la de Juana de Arco; y “Jesus”, una obra biográfica sobre Jesucristo, en dos volúmenes.

Ilustración para la serie “Jeanne” (1995-1996)

Dibujo para “Nijiiro no Trotsky” (1992-2000)

El artista siempre firmas sus trabajos como “YAS”.

Las ciudades de Kobe y Akashi acogieron desde el pasado 27 de marzo hasta el 8 de abril la exposición “Original Works of Yasuhiko Yoshikazu” cuyo carte podéis ver aquí­:

Se da la circunstancia de que el mundo del anime y el manga no están entre mis devociones, pero cuando se trata de casos que trascienden al arte (casos que dicho sea de paso me temo que podrí­an ser contados con los dedos de la mano) sí­ que muestro interés. Y creo que a este artista sí­ deberí­a de considerársele como tal. Además, si encima te ponen la exposición en tu mismo barrio y el acceso es totalmente gratuito está incluso mal no asistir a ella.

La muestra de Kobe tuvo lugar en el Art Hall, junto a la estación JR de Motomachi, a apenas un minuto al norte de la misma. En la entrada colocaron un enorme póster de su obra “Namuji” (perdonad por la foto, no era fácil tomar una buena imagen con la luz del lugar):

El Art Hall está dentro del edificio de 兵庫県学校厚生館 (“Hyougoken Gakkou Kouseikan”, en la primera planta.

Yo compré el de la exposición de Yasuhiko Yoshikazu, que al no tratarse de una presentación a gran escala traí­a consigo un regalito, el autógrafo del artista:

Portada (arriba) y contraportada (abajo) del catálogo.

Sin duda una obra que le dará categorí­a a mi estanterí­a 🙂 .

Los datos sobre la biografí­a del autor están extraí­dos en su mayorí­a de la versión en inglés de la Wikipedia.