Cultura de Japón, entrega de sus artesanos

Cualquiera que piense por un momento en lo intrí­nsecamente japonés, en el wafū (和風), muy posiblemente verá como por su mente no tardará en aparecer la imagen un tatami. Pocos aromas pueden llegar a evocar Japón como el suyo, especialmente cuando las esteras son nuevas.

Personalmente me declino a favor de un suelo de piedra pulida por la dificultad que entraña el mantenimiento del tatami –cualquiera que se dé una vuelta por una droguerí­a japonesa podrá deleitarse ante la cantidad de productos dedicados a dicho cuidado, tales como insecticidas para eliminar los dañinos ácaros que se reproducen en su interior–. Pero si uno presta la debida atención a este tipo de suelo son múltiples las ventajas que puede ofrecernos, por ejemplo su blandura, su tacto y una buena adaptación a un clima en extremo húmedo como el de estas islas.

En casa sólo tenemos una habitación con suelo de tatami, pues es lo normal en los dormitorios. En pisos más grandes suele haber un cuarto denominado “waheya”, enteramente de estilo japonés tradicional, con el suelo cubierto de esteras. Su función es la de servir como lugar para tomar el té, concretamente cuando recibimos alguna visita, aunque también hace las veces de cuarto de invitados.

Seamos partidarios o no del tatami hay algo que es innegable y es la exquisitez de su fabricación. Hace unos dí­as encontré cerca de la estación de Kobe un expositor de la compañí­a de tatami Yawaragiya, cuyo lema he tratado de traducir para darle nombre a esta entrada. Allí­ un empleado me mostró algunos de sus productos, los que os muestro a continuación:

En la imagen podemos ver cinco tipos diferentes de tatami. El primero de ellos lleva el nombre de “きわみ”, que viene a significar “el sumo placer”. Para obtener diez piezas de tatami (habitualmente una sola tiene unas medidas de 1.50 metros por 90 centí­metros) es necesaria la paja producida por un campo de 3000 tsubo (un tsubo corresponde a 3.305785 m2). La suavidad que se consigue en su textura es inmejorable. Pero su precio es de 61.950 yenes, si el tatami es completamente nuevo, y 42.630 yenes, en caso de que sólo decidamos cambiar la parte superior (la única que queda a la vista). Por supuesto hablamos del valor de una sola estera.
El resto de tipos y sus respectivos importes los listo a continuación:

–“やさしい” (suave), se producen cien piezas a partir de 3000 tsubo; el precio es de 29.400 yenes nuevo o 20.790 con la segunda opción anteriormente citada.

–“そこやか” (sano, saludable), se producen 500 piezas usando 3000 tsubo; su precio está fijado en 24.990 o 17.010 yenes.

–“つどい” (tertulia, reunión), no se describen los detalles de producción pues este tipo y el que viene a continuación son las opciones más económicas; nuevo cuesta 19.110, del otro modo sale en 13.020 yenes.

–“はぐくみ” (para criar y proteger), su precio es de 12.600 u 8.400 yenes.

Para tejer la paja se usan telares como el de la siguiente fotografí­a:

Para finalizar os muestro algunas imágenes del proceso de obtención de la paja desde su plantación hasta su posterior selección una vez resecada:

Como podéis ver hay todo un mundo tras algo que pudiera parecernos un objeto sencillo a simple vista. En lo que a mi respecta trataré de mostrar la debida atención hacia el tatami en lo sucesivo. Ahora puedo explicarme el porqué de ciertas supersticiones sobre la manera de andar sobre él.

7 Responses to “Cultura de Japón, entrega de sus artesanos”

  1. Que interesante! hace poco estuve visitando unos telares en un museo artesanal de una de las islas y flipe con el curro que se lleva cada piecita de tela!

  2. Un post muy interesante. La verdad es que nunca me habí­a parado a pensar de dónde salen los tatamis.

  3. Prognatis says:

    Es fantástico ver como se conservan algunas tradiciones y ver como se adaptan a los tiempos actuales.

    El olor de tatami es de los más japoneses que recuerdo 😉

  4. Como siempre, dandome envidia XD
    El tema de las artesanias es fascinante, y poca gente se da cuenta del trabajo que conllevan ciertos elementos de la vida cotidiana.
    No sabia los precios de los tatamis, y la verdad es que me sorprende que sean tan caros, pero si piensas todo el proceso que requieren es normal que lo cobren asi.
    Gracias por enseñarme mas cosas sobre Japón 😉

  5. Flamio says:

    No es de extrañar que algo como el tatami sea tratado de esa manera tan artí­stica y delicada como es habitual en los japoneses. Como en todo uno siempre se imagina que los habrá de mayor o menor calidad, pero es interesante el ver el porqué de esas diferencias de calidad.

  6. Odisea says:

    Mis conocimientos de artesanias japonesas esta limitado a lo que puedo ver en documentales, pero si alguna ocasion puedes observar la manufactura de los sables samurai o las tazas para te hechas a la usanza antigua, te llevaras una buena impresion 🙂

  7. Emperatriz huaman says:

    Hola, nosotros cosechamos arroz, en mi casa no tenemos muebles, y yo me acorde como vivian los japoneses, estoy interesada en aprender este arte para amoblar mi casa. podrian enseñarñe..
    emperatriz

Leave a Reply