Archive for the ‘Sociedad’ Category

Ohanami informatizado

Wednesday, March 19th, 2008

El domingo estuvimos de paseo por Suma, explorando una zona que a pesar de estar a cuatro estaciones de Kobe en la lí­nea JR apenas conocí­a. El sitio tiene su atractivo, hay playa y montaña, aunque es en cierto modo demasiado tranquilo para mi, no vivirí­a allí­ a pesar de que con un alquiler como el mí­o aquí­ seguro que tendrí­a algunos metros cuadrados extra. Pero creo que necesito algo de bullicio cerca de mi, el transitar de la gente en la ciudad y la actividad de esta parece ser que me tranquiliza más que la serenidad de un lugar como Suma. Aunque es cierto que su playa cambia de cara en verano, y entonces llega a tocar el extremo opuesto.

Por cierto, allí­ acababan de abrir una nueva estación que comunica mejor con el acuario de la localidad, uno de los más importantes de Kansai. La estación se llama “須磨海浜公園”. Entre dicha estación y la principal encontramos un pequeño pero interesante templo sintoí­sta llamado “Tsunashiki Tenmangu” (“綱敷天満宮”). Atraí­dos por las flores de los ciruelos y de algún que otro tempranero cerezo que se vislumbraban desde el exterior a través de la cerca de piedra del santuario entramos a echar un vistazo.

Sobre el templo en sí­ y acerca del resto del dí­a os hablaré en otra entrada. Hoy quiero mostraros algo que nos llamó la atención por lo inusitado del hecho en sí­. En las ramas de los diferentes árboles que pueblan el recinto penden unas tarjetitas plastificadas con un código QR impreso, uno de esos que pueden ser escaneados fácilmente con un teléfono móvil de tercera generación. En la siguiente imagen podéis ver un ejemplo:

Y aquí­ veis la tarjeta ampliada (si disponéis de un teléfono móvil con la opción de escaneado de código QR podéis hacer la prueba ustedes mismos, os aseguro que funciona):

Si procedemos a hacer la prueba y el código es leí­do con éxito obtendremos una pantalla similar a esta:

Una vez aquí­ continuaremos abriendo el ví­nculo y podremos ver una nueva pantalla:

Si hacemos scroll verticalmente podremos leer toda la información contenida en la página, donde se nos informa de la especie a la que pertenece, el perí­odo de floración, peculiaridades que supuestamente nos ayudarán a distinguir el árbol de otros similares, etc.:

Como podéis ver se trata de la versión más interactiva de la contemplación de las flores, el ohanami informatizado ha llegado.
La verdad, a mi estas cosas me chocan bastante. Siempre he admirado la muy sana y buena costumbre de los japoneses de salir a disfrutar del regalo que la naturaleza nos hace por estas fechas cada año, por ello la idea (en principio muy instructiva y todo eso) de que en cada arbolito me vengan a colocar a partir de ahora una estampita me hace sentir pavor de cómo puede evolucionar y en qué puede derivar esto.

Gente SKY

Thursday, March 13th, 2008

Entre el argot y la jerigonza existe en Japón un nuevo código lingüí­stico creado y usado por los jóvenes, propio del más informal de los registros y quizás originado por el mal uso de las nuevas tecnologí­as (el “keitai” tiene mucha culpa de ello).
Hace poco escuchaba a una amiga que me hablaba sobre una persona cercana a ella, alguien que al parecer tiene especial habilidad para ser inoportuna, una de esas personas que suelta el comentario menos esperado en el momento menos adecuado. Aquí­ existe una expresión para referirse a ello: “空気が読めない” (kuuki ga yomenai, que podemos traducir por “que no es capaz de leer el ambiente” o bien “que no puede leer entre lí­neas”). Pues bien, la expresión es ahora acortada a dos letras “K.Y.” y estas siglas se leen con la pronunciación inglesa “/kei/ /wai/”.
Más allá de esto escuché de otra persona que cuando sus compañeras de trabajo más jovencitas hablaban sobre alguien cuyo problema para leer el ambiente es ya demasiado grave, se refieren a esta persona como “SKY” (pronunciado como cielo en inglés, es decir “/skai/”), puesto que en ese caso estarí­amos ante un “super kuuki ga yomenai”…

Ayer por la noche en uno de esos programas de televisión plagados de famosetes, que tratan de divertir al personal llevando a cabo todo tipo de juegos y pruebas de lo más absurdo, un grupo de ellos trataba de averiguar el significado de algunas de estas nuevas “creaciones” léxicas. Os dejo aquí­ tres ejemplillos:

– “M.M.K.”, que significa “モテてモテて困る” (motete motete komaru, que podemos traducir por “ser muy, muy popular acarrea problemas”), algo que dirí­a alguien cuyo narcisismo le llevara a tener una autoestima inaguantable.

Un momento M.M.K. de mi amigo Ryo, aunque él no es nada inaguantable, es un crack. 😀

– “K.I.”, que viene a significar “カラオケ行きたい” (karaoke ikitai, “quiero ir al karaoke”), una expresión que dice mucho de las inquietudes de estos jóvenes…

Otro buen amigo y otro crack, Hiro, siempre dispuesto a decir eso de K.I. 🙂

– y finalmente “C.B.”, “ちょっと微妙” (chotto bimyou, “un poco ambiguo”, “con doble lectura”), que dirí­amos de algo o de alguna situación que de pie a la falta de claridad, por ejemplo un gol fantasma de esos que ocurren con frecuencia en la liga de fútbol.

¿Geisha auténtica o disfrazada?, ummm… ¡C.B.! 😮

Sacando los viejos kimono del ropero

Monday, March 10th, 2008

Me consta que hay mujeres en Japón que profesan el exquisito arte de vestir el kimono como prendas habituales. Es algo diferente de usarlo para ocasiones especiales, tales como ceremonias de bodas, o para asistir a conciertos, obras de teatro, etc. Esta japonesas a las que me refiero han encontrado una nueva afición en ello. Frecuentan las viejas tiendas de Kyoto donde compran las prendas usadas a precios irrisorios para posteriormente restaurarlas y arreglarlas a su medida, y luego vestirlas conjuntándolas con los accesorios adecuados. Hay todo un mundo en ello.
Conocí­ el año pasado en Miyajima a una elegantí­sima señora que, aún cuando estábamos bajo un sol de justicia y a casi cuarenta grados, hací­a gala de su delicadeza a la hora de llevar el kimono. Me hablaba con pasión del placer que para ella suponí­a salir a visitar los lugares de interés histórico y religioso vistiendo de ese modo, y viajaba casi siempre sola.
íšltimamente veo que chicas más jóvenes están adoptando esa costumbre añadiendo al mismo tiempo un toque retro al asunto. Sé de chicas que asisten a la universidad diariamente con dichos atuendos. Me maravilla el resultado y estoy encantado de poder cruzarme por la calle con gente con un gusto tan singular y extraordinario.
Cerca del lugar donde trabajo existe una casa de té en la que últimamente se dan cita durante los fines de semana muchas de estas chicas. Ayer me encontré con un pequeño grupo y les pedí­ que posaran para una foto, a lo que ellas amablemente accedieron.
¿Qué os parecen?

Pontocho (先斗町)

Wednesday, February 20th, 2008

Pontocho es uno de los barrios con más solera de Kyoto. Se encuentra en el margen izquierdo del rí­o Kamo.

El domingo mientras paseaba por allí­ pude saber que también se ha convertido en un sitio poco seguro, al menos a juzgar por algunos carteles que por allí­ tiene distribuidos la policí­a.

El aviso nos alerta en concreto acerca de la amenaza de los tironeros que pululan por la zona (“hittakuri” significa “tirón”). También nos recomienda que no coloquemos el bolso en la cesta de la bicicleta, que llamemos al 110 (el número de teléfono de la policí­a en Japón) si tenemos algún problema y que evitemos pasear por la noche por lugares oscuros. De modo que parece ser que incluso el muy seguro Japón tiene sus puntos débiles.

Uno está mal acostumbrado a este estado de permanente seguridad y aún cuando encuentra este tipo de advertencias no puede evitar estar en situación de baja alerta.
Además esta parte de Kyoto tiene un especial encanto cuando uno se pierde un poco por sus callejones repletos de neones que nos invitan a resguardarnos en enigmáticos (siempre lo son para el “gaijin”) garitos del frí­o y la nieve de dí­as como el pasado domingo.

Esta última imagen la tomé junto a la puerta de uno de esos locales. Se ve que lo de la hospitalidad japonesa también va con los gatos.

San Valentín chocolatero

Sunday, February 17th, 2008

Un año más toca recolecta de chocolates de San Valentí­n. Uno los recoge y anota nombres para no olvidar devolver el regalito dentro de un mes, en el White Day (lo que no inventen estos…).
Pero no me puedo quejar, todos están de muerte, buení­simos. No es bueno acostumbrarse a que lo mimen tanto a uno 😉 .
Dejad que os muestre. Empecemos por los que me trajo Yito, de una tiendecilla de nuestro barrio llamada “Ichibankan”. Me encantan porque están rellenos de manzana y además estos en concreto tienen Brandy:

Estos son los que me regaló Chisa, chocolate semi-amargo relleno con cerezas al licor, ¡y mexicanos!:

Los de Akiko, de Goncharoff, rellenos de Brandy y de Champagne… ¡no me lo merezco! 😮 :

Los de Haruyo, también de Goncharoff, pero estos son bitter, vamos, para comérselos mientras uno se toma una copita en el sillón, como hací­a Bill Murray en su anuncio en Lost in Translation:

Estos que me regaló Kana son como los que trajo Eriko hace un año, igualitos exceptuando el diseño de la cajita:

Esta otra cajita me la regaló Maki son de la marca Mary´s Treow y vienen de Tokio. Uno de los chocolatitos tiene polvo de oro…:

Los de Minako, por supuesto de Godiva, “dark sparkle” y “milk raspberry”. Se le caen a uno dos lágrimas como dos fundas de guitarra al probarlos…:

Minako me trajo otro “detallito” 😮 :

Los de Hiroko, desde Kyoto, se nota que vienen de allí­ 😀 :

Y los de Junko, hechos por ella misma, como las dos piezas de cerámica y el colgante del móvil. Una artista esta nena:

Recibí­ algunos más, pero esos no llegaron vivos a la sesión fotográfica 😀 .

Gracias a todas. Me temo que seréis recompensadas…

Gazapos de “Gaijin”

Friday, February 8th, 2008

Hoy os quiero presentar un libro que es a la par bastante divertido y didáctico. Lleva el tí­tulo de “Japanese Made Funny” y se trata de un libro cuya lectura resultará hilarante para cualquiera que esté un poco familiarizado con la lengua japonesa.

Su autor, Tom Dillon, es profesor de inglés en la Sophia University, en Tokyo. Asimismo es el responsable de una columna de humor llamada “When East Marries West”, que aparece desde 1998 en The Japan Times.
Dillon recoge en su libro algunos de los errores más embarazosos y a la vez comunes en el japonés de estudiantes angloparlantes. Muchos de estos desaciertos léxicos pueden ser perfectamente cometidos por hispanohablantes que estudien japonés, pero el libro será mejor entendido si tenemos en cuenta la barrera idiomática que supone la diferencia entre el alfabeto fonético de las lenguas inglesa y japonesa.
El amigo Héctor, de Kirainet, por ejemplo, señala que debe el nombre de su página a una de estas confusiones (“kirai” significa “odiar” mientras que “kirei” significa “bonito, hermoso, bello”), de modo que ya veis que tampoco nosotros estamos libres de cometer este tipo de gazapos.
Os muestro a continuación tres de los casos ejemplificados en el libro.

“Kawaii” vs. “Kowai”

La palabra “kawaii” es más que un vocablo, se podrí­a explicar parte de la sociedad actual nipona a raí­z de este adjetivo. Significa “bonito, simpático, encantador” aunque la mejor traducción serí­a “mono”. Por el contrario “kowai” sólo coincide con la anterior palabra en su categorí­a gramatical, pero significa “temible, terrible, espantoso”.
Creo que ahora podéis imaginar la situación del dibujo, ¿no?

“Suwaru” vs. “Sawaru”

Tenemos aquí­ dos verbos cuya pronunciación puede traer de cabeza a más de un anglohablante. El primero de ellos significa “sentarse, tomar asiento” mientras el segundo tiene el significado de “tocar, palpar, manosear, pasar la mano”.
Imaginaos la situación en la que un “gaijin” pretende tomar asiento en el tren junto a una chica de buen ver a la que pregunta algo así­ como “Sawatte ii desuka?” (“¿puedo manosearte?”) en lugar de “Suwatte ii desuka?”, que serí­a más apropiado…

“Hoteru” vs. “Hotaru”

Hemos visto dos adjetivos y dos verbos, veamos ahora dos sustantivos. “Hoteru” significa “hotel”, claro que según qué contextos puede igual referirse a uno de los famosos “Love Hotels” (“hoteles del amor”) que abundan por estos lares, la versión más japonesa del improvisado “picadero” para parejitas. “Hotaru” significa algo bien diferente, “luciérnaga”. Ocurre que este insecto puede ser encontrado junto a canales de agua con un elevado nivel de pureza allá por el mes de julio, en diversos lugares de Japón. En dicha época numerosas son las parejas que buscan estos rincones para disfrutar del romántico espectáculo que ofrecen estos coleópteros en la noche.
En el dibujo vemos a una chica “gaijin” en su primera cita con un chico japonés al que ha propuesto ir a ver “hotaru”, ante la sorpresa del joven japonés, que a pesar de haber escuchado aquel tópico de que las americanas son algo liberales en ciertas materias aún está tratando de recobrar su ritmo cardí­aco. El leve error en la pronunciación es responsable de un embarazoso malentendido.

Piratas del Zipangu

Monday, February 4th, 2008

En más de una ocasión he leí­do y escuchado a gente que asevera que en Japón no existe la piraterí­a. Y es cierto que la situación aquí­ dista de parecerse a la que se vive en España. No me voy a poner aquí­ a explicar mi punto de vista acerca del porqué de tal desemejanza, pues me resultarí­a imposible hacerlo en pocas lí­neas y además considero que la mayorí­a lo tenemos bastante claro al respecto, digamos que todo se reduce a la presencia de precios correctos en productos de calidad y a un mí­nimo de concienciación por parte del cliente por un lado y de productores y comerciantes por otro.
Pero volviendo al caso de Japón quizás sea más justo decir que la piraterí­a existe pero es poco significativo el daño que ocasiona a una sociedad en extremo consumista donde es posible salir de una tienda de música o de una librerí­a con varias compras sin que ello implique que nos vací­en la cartera.
No obstante aquí­ también se piratea. Y me consta que es algo al alcance de cualquiera, pues las dificultades técnicas que pudieran impedirlo se ven reducidas ante la ingente diversidad de publicaciones disponibles en librerí­as que enseñan, paso por paso, a convertirse en todo un perito en esto.
Valga de ejemplo esta revista que encontré hace ya su tiempo en una librerí­a de la estación:

Claro que cuando uno se fija en detalle en sus contenidos no deja de ser significativa la relación con España:

Gaijin Navi: NOVA the movie!

Thursday, December 13th, 2007

Probablemente muchos de los que leéis este blog hayáis oí­do hablar alguna que otra vez de la corporación japonesa NOVA y de su escuela de idiomas, recientemente declarada en quiebra, y quizás os suene también el nombre de Opening, aquella otra empresa que igualmente se declaró en quiebra en España y dejó tirados a alumnos y profesores. No voy a detallar aquí­ la historia de ninguna de estas corporaciones, necesitarí­a demasiado tiempo para ello, pero si queréis conocer un poco más sobre ambas os dejo algunos enlaces al pie de esta entrada.
Es inevitable ver cierta similitud entre los casos de NOVA y Opening, aunque la primera de estas compañí­as, a diferencia de la segunda, ya contaba en Japón con cierto “renombre”, más que nada porque fue fundada en 1981 y desde entonces la estrategia de publicidad habí­a sido bastante intensa. Recuerdo que desde el momento en que llegué a Japón no pasaba un dí­a sin que dejara de ver al famoso conejito de NOVA en televisión. Siempre me decí­a a mi mismo que estos se deberí­an de estar gastando una cantidad de pasta considerable en tanto anuncio, la publicidad en Japón no es precisamente barata.
Muchos conocidos trabajaban para NOVA en Osaka, personas de las que desconozco su actual situación, lo cual no deja de preocuparme, como también me preocupa la situación de otros conocidos que en calidad de alumnos sufren las consecuencias de las negligencias e irregularidades de NOVA. En fin, si me lee alguien que tenga una relación más estrecha con esta empresa serí­a muy interesante conocer algunas de sus impresiones al respecto.

Ayer, navegando por la red llegué a parar a una web llamada “The Ying Yang Report”, donde está alojado un curioso video que narra en tono de humor las vivencias de un gaijin profesor de NOVA tras la pérdida de su empleo. Aquí­ lo dejo:

Enlaces:

NOVA en la Wikipedia

Entrada sobre NOVA en Japan Probe

Entrada de Flapy sobre la joven profesora de NOVA asesinada en Tokyo

Nota informativa colgada en la web oficial de NOVA acerca de la declaración de bancarrota

DICTAMEN JURíDICO sobre el caso English Opening School

2008 Hairstyle Ranking

Wednesday, December 5th, 2007

Hot Pepper es una revista de distribución gratuita que podemos encontrar en los principales núcleos urbanos de Japón. En esta revista podemos encontrar información sobre restaurantes, bares, peluquerí­as, escuelas y todo tipo de establecimientos, así­ como tickets de descuento para usarlos en ellos.

portada

Desconozco la tirada que tiene la revista en ciudades como Osaka o aquí­ en Kobe, pero me consta que es fácil encontrarla. Publicitarse en ella no sale barato, pero todos los pequeños comerciantes saben que se trata de un modo eficaz para atraer clientes.

En la página web de la revista hay una sección este mes muy curiosa. Se trata de un ranking de los futuribles peinados femeninos más populares para el año 2008. Aquí­ podéis ver el elegido como número uno para las zonas de Kantou, Kansai y Toukai:

number1

Y aquí­ abajo tenéis una selección personal de algunos de esos peinados. Si queréis ver el resto no dejéis de seguir este enlace.

peinados

ACTUALIZACIí“N: si queréis ver más peinados japoneses seguid este enlace.

Bocados de muerte

Thursday, November 15th, 2007

Leí­a ayer un artí­culo de El Paí­s Semanal publicado bajo el nombre de “Japón en cinco bocados” y firmado por Carmen Pérez-Lanzac. Se trata de cinco recomendaciones literarias que presumiblemente nos podrí­an acercar a un mejor entendimiento de la cultura nipona, calificada como misteriosa por la autora del artí­culo.
Conozco tres de los libros que se nos presentan: “Tokio Blues” (absurdo tí­tulo que se le ha dado en España al best seller de Murakami Haruki “Norwegian Wood”), “Lo bello y lo triste” (obra del Nobel japonés Kawabata Yasunari cuyo tí­tulo japonés es “Utsukushisa to kanashimi to”) y “Estupor y temblores” (relato autobiográfico escrito por una belga, de nombre Amélie Nothomb, quien parece ser que no tuvo una experiencia demasiado agradable en su estancia en Japón).

Las dos primeras obras las he leí­do este mismo año (sobre la traducción al castellano de la primera de ellas tengo intención de escribir una entrada un dí­a de estos porque resulta algo indignante, especialmente cuando uno ha pagado 18 euros por el libro) y la tercera la conozco a través de numerosas referencias y gracias también a la adaptación cinematográfica fruto de una coproducción franco-japonesa dirigida por Alain Corneau en 2003.

El libro de Murakami Haruki y el de Kawabata Yasunari son dos obras que yo también recomendarí­a a cualquiera que mostrase interés por conocer la cultura japonesa, así­ como el visionado de la pelí­cula mencionada. El artí­culo pues no me parece mal. Pero la sensación que me queda tras leer ya a algunos de los escritores más representativos de la literatura moderna y contemporánea japonesa es que la mayorí­a de autores están obsesionados con un mismo tema: la muerte. No deja de ser significativo que en una selección de cinco tí­tulos dos de ellos guarden tan estrecha relación con el tema.
Por supuesto no se me escapa el hecho de que la muerte en sí­ es algo que está inexorablemente ligado a la propia existencia del ser humano pero tras leer obras de gente como Mishima Yukio, Murakami Ryu, Tanizaki Junichiro, de la misma Yoshimoto Banana o de los mencionados arriba, parece ser que especialmente en la literatura japonesa aquello de “Eros y Tánatos” está más presente que en ningún otro sitio.

cementerio

En datos de 2003 se contabilizaron en Japón más de 34.000 muertes por suicidio, la sexta causa más frecuente de muerte. Un paí­s este donde con cierta frecuencia un servicio, el del ferrocarril, que funciona con una puntualidad digna de elogio, de repente ve como se paralizan algunas lí­neas debido a la inmolación voluntaria de algún individuo cansado de su vida. Y todo mientras el ciudadano de a pie mira impasible los tableros electrónicos para ver cuánto tiempo se demorará su tren.

Veo pues una sociedad demasiado acostumbrada a vivir junto a la sombra del suicidio, que por cierto cometieron escritores como Mishima Yukio o Kawabata Yasunari. He llegado a oí­r que el suicidio forma aquí­ parte de la vida del escritor.