Archive for the ‘Fotografí­a’ Category

Kyoto sora

Wednesday, September 19th, 2007

Me consta que uno de los escenarios más hermosos que Japón nos puede ofrecer es sin duda el atardecer en Kyoto. No es que la ciudad pierda su encanto durante el resto del dí­a, pero a la caí­da de la tarde la ciudad está especialmente bella.
Pasé por allí­ en agosto por última vez, concretamente el dí­a 17, que dicho sea de paso aclaro que es el dí­a que un servidor cumple añitos. Ese dí­a estuvimos toda la jornada de paseo por la antigua capital, de modo que cuando el sol comenzaba a caer decidimos volvernos a Kobe para descansar un rato antes de salir a celebrar dos cumpleaños, ya que mi amiga Mari íngeles cambiaba de números un dí­a antes que yo.
Estas imágenes son de aquella tarde en la que la luz nos regaló el cielo que veis:

En el barrio de Gion,

en el rí­o Kamo,

en los cristales de la Estación de Kyoto,

y sobre la Kyoto Tower.

Fotografiando a una geiko

Tuesday, September 11th, 2007

Este año el destino quiso que el dí­a de mi cumpleaños pudiera estar en buena compañí­a y en un lugar sencillamente encantador, Kyoto. Cierto es que fuimos a elegir uno de los dí­as más calurosos para ir allí­, con un sol de justicia que me hizo arrepentirme en más de un momento de haberme olvidado las gafas de sol en casa, especialmente cuando se nos ocurrió visitar Heian Jingu.

Ya por la tarde andábamos por los alrededores de Kiyomizudera cuando nos cruzamos con un grupo de fotógrafos que seguí­an a una señora ataviada con un kimono a lo geiko y con un peinado al estilo “ofuku”. En esto último igual me equivoco porque no es que yo tenga precisamente experiencia en eso de distinguir los diferentes peinados. El caso es que de estar en lo cierto lo de “ataviada” cobrarí­a un mayor grado, primero porque la mujer en cuestión no es una auténtica geiko sino una señora que un buen dí­a decide pasar por un estudio del barrio de Gion donde la visten, la maquillan y la peinan para luego darse un garbeo por allí­, y en segundo lugar porque el peinado “ofuku” se supone que está reservado a las maiko que acaban de cumplir dieciocho años o a las que llevan tres años de aprendizaje. En fin, de todos modos la pista más clara para pensar que se trataba de una “falsa” geiko era la serigrafí­a que mostraba la camiseta de uno de los fotógrafos, el que seguramente estaba pagado por la señora en cuestión para la realización de un álbum personal. La camiseta tení­a la publicidad de un estudio fotográfico de Kyoto. En cuanto al resto de fotógrafos no estoy seguro pero me consta que existe un servicio en este tipo de establecimientos que por unos pocos billetes de mil te ponen a una modelo con “disfraz de serie en un marco incomparable” para llenar varias tarjetas de memoria con cientos de “jotapegés”. He visto ya a varias chicas posando de ese modo por el puerto de Kobe y hay muchos anuncios en las revistas especializadas, algunos de ellos para fotografiar incluso desnudos.

Una vez que salimos de aquella zona pasamos por Gion y allí­, en una de sus callejuelas, junto a un canal flanqueado por sauces, volvimos a encontrarnos con la misma mujer y su comitiva. Allí­ pues aprovechamos para tomar nosotros también algunas fotos.
Los japoneses que se acercaban a curiosear tampoco tení­an muy clara la autenticidad de la geiko, pero dudaban. Lo pude comprobar cuando pregunté directamente a algunos de ellos para recibir un “chotto bimyou…” por respuesta.

El hecho de que sea o no auténtica lo veo como algo anecdótico. De hecho imagino que ha de ser uno muy entendido para distinguir las sutiles diferencias en algunos casos. No creo que alguien ajeno a ese mundo pueda llegar a disfrutar plenamente de una reunión con auténticas maiko o geiko, por ello me resulta de lo más esnob ver a esos “guiris” que llegan al lugar en un coche con cristales ahumados y salen de él, con sus gafas de sol puestas (ya sabemos todos la claridad cegadora del interior de un coche con los cristales opacos) sin pausa cuando el chófer les abre la puerta, como si con esas prisas quisieran mostrar a los presentes que “están en el taco”. Me consta que se dejan una buena pasta en esos garitos para después poderlo contar a sus colegas en el club de golf, en fin, con su pan se lo coman. Es algo que no me invento, estos ojitos lo han visto.

Y digo que es algo anecdótico porque el hecho de que haya un número determinado de geiko o maiko paseando por Kyoto es un atractivo que la ciudad sabiamente cultiva.

A propósito del tema, si alguien tiene interés recomiendo la lectura de un libro titulado “Vida de una Geisha” y firmado por Mineko Iwasaki, una ex-geiko del barrio de Gion Kobu que tras acceder a ser entrevistada por Arthur Golden (escritor de “Memorias de una Geisha”) quedó muy decepcionada al ver que en el libro del de Tennessee quedaban algunos tópicos, del todo inciertos según su apreciación, acerca de los cuales ella habí­a matizado con bastante detalle en el transcurso de sus encuentros con él. No he leí­do “Memorias de una Geisha”, la verdad es que tampoco es que arda en deseos de hacerlo (se me ocurren cientos de tí­tulos a los que darí­a preferencia), y el libro que os recomiendo tampoco me va a llevar a aficionarme al tema, pero creo que refleja de un modo más que certero, por las innumerables referencias que contiene y por estar escrito por alguien que conoce a la perfección el tema, el mundo de las geisha. Además está disponible por cinco euritos, que hoy en dí­a tal y como está el patio podrí­amos decir que es regalar un libro en España.

Digicame

Tuesday, September 4th, 2007

En el cómputo me salen más de mil. Es el resultado de una semana de vacaciones con un par de colegas de toda la vida y… una cámara digital en la mano: 1000 fotos.
Dice Nobuyoshi Araki, que de esto sabe un rato largo, que es importante no desechar fotos, muy mala ha de ser una foto para ser no válida (por eso el mamonazo, dicho con cariño, no deja de publicar libros, y que así­ sea por muchí­simos años). Y estoy muy de acuerdo. Ojo, no digo que mis fotos sean buenas, esto de la imagen está sujeto a unas pautas algo subjetivas a veces, pero creo que como en todo cuando uno practica se consiguen mejores resultados.
Pero hoy no voy a subir ninguna de esas mil y pico de fotos. De esas ya haré una mini selección para mostraros. Hoy pondré sólo tres fotos que hice en los últimos dí­as, puesto que después de darle tal paliza a la cámara he acabado por anclarme en un ritmo de una o dos fotos por dí­a.
Igual la semana pasada con tanta esquela en los periódicos me afectó al humor. Pero a veces eso de estar de mala hostia acaba dando sus frutos. A mi me gustan estas fotos, que no son nada, lo sé, pero me gustan. Y sobre gustos dicen que colores.

Cuando pienso en esto de la fotografí­a siempre llego a una conclusión, y es que esto de la aparición de la fotografí­a digital junto al poder divulgativo de internet ha cambiado por completo el mundo de la imagen. Lo ha liberalizado, creo. No digo que sea más fácil llegar a ser un Cartier-Bresson, pero jugar a serlo nunca ha sido tan fácil.

Monosabio Project

Friday, August 31st, 2007

Hace ya algunos años que le conozco, yo dirí­a que unos ocho añitos mal contados. Es sevillano, como yo, siente cierta atracción por Japón, como yo, tiene una compañera japonesa, como yo, se llama Javi, como yo, pero no hablo de mi sino de mi colega Javier Ruiz. Compartimos muchas más cosas y de hecho nos conocimos en las clases de japonés, cuando empezábamos a pelearnos con los kanji (la lucha continúa…).

Javi y los bichos.

El año que los dos solicitamos aquella beca para ir a estudiar a la Tokio University of Foreign Studies ninguno de los dos tuvo suerte. Y fue bueno que así­ fuera, pues un año después se me presentaba una oportunidad mejor viniéndome a Kobe y curiosamente a mi amigo Javi le concedí­an la beca que un año antes le habí­an denegado. Dicen que quien la sigue la consigue.

Javi estudia arte en la Universidad de Sevilla y recientemente creó una página web personal que hoy quiero presentaros. Lleva el tí­tulo de “Javi Pessoa, Monosabio Project”. En este espacio Javi nos presenta algunas de sus obras, concretamente dos series, las tituladas “Niigata” y “Fruits”. Lo de “Niigata” tengo una ligera idea de donde puede venir…

Recorte de prensa.

Javi, vivió en Tokio por un año y se conoce la capital bastante bien. Además ha vivido algún tiempecillo también por Osaka, y es de los que piensan que DenDen Town merece más la pena que Akihabara.
De su estancia en Tokio hay una foto por la que siempre le envidiaré, la que le pudo tomar al mismí­simo Nobuyoshi Araki cuando se lo encontró trabajando en plena calle.
Javi, ¡deberí­as narrarnos la anécdota en los comentarios!, ¡no te hagas de rogar!

Sí­ señor, el gran Araki sonriéndole a Javi!

Polga Sun

Thursday, May 24th, 2007

Os hablaba de la cámara Holga recientemente, veí­amos una muestra virtual de lo que puede llegar a dar de sí­, y alguna que otra vez intenté emular también el efecto de otra clásica: la Polaroid. Pero, ¿qué ocurrirí­a si usásemos un hí­brido de las dos máquinas?, ¿qué tipo de fotos obtendrí­amos?. Pues ocurre que estarí­amos hablando de Polga Sun, una versión de Holga que lleva acoplado en su parte trasera un portador de cartuchos de Polaroid.

Se trata del juguete de juguetes en esto de la fotografí­a. Lo único malo que le veo al invento es su elevado precio, pues podremos encontrar el set POLGA SUN CFN4 desde 23100 yenes, que para tratarse de una cámara de plástico me parecen muchos yenes.
Aunque el resultado bien pudiera amortizar ese dinerillo.
Otro capricho que añadir a la lista…:

Aquí­ os muestro algunas de mis fotos en las que he intentado emular a la Polga. Esta vez les he añadido un “Action” de Photoshop diferente, llamado “Urban acid”, más el “Holga”, por supuesto.

Trabajadores de la construcción al final de su jornada. Fotografí­a tomada en Umeda, Osaka.

Reflejo de uno de los barcos anclados en los astilleros del puerto de Kobe.

El mismo barco junto a las naves de la empresa Kawasaki.

Oración colectiva a las puertas del templo sintoí­sta de Tenma, en Kitano.

La silueta a contraluz de la famosa veleta de la Weather Cock House en Kitano.

Una pequeña observa a los canguros en el Zoo de Ouji.

La enigmática forma de la flor del loto ya marchita.

La sombra me da una pequeña tregua en un caluroso dí­a de julio en Nara.

Holga

Thursday, May 17th, 2007

Hace algún tiempo ya de que escuché hablar por primera vez acerca de una cámara de fotos cuyo aspecto se asemeja más a un juguete que a cualquier otra cosa. Se trata de la Holga, esta que veis en la imagen:

Y si vemos de cerca una de estas cámaras entenderemos lo de “juguete”, pues su cuerpo es de plástico prácticamente por completo, incluso la lente original. Pero su precio está al alcance de cualquier bolsillo, y los resultados que se pueden conseguir con esta pequeña maravilla son tan increí­bles como ilimitados, así­ como las posibilidades de combinar diferentes partes de la Holga, hablamos de tuning de cámaras de juguete 🙂 .

En Japón podemos encontrarlas en cualquier tienda tipo zakkaya. Hay muchí­simos tipos en Village Vanguard, una de las librerí­as que más os recomiendo, allí­ podemos comprar desde un libro de Antonio López hasta un vinilo de Depeche Mode de los ochenta perfectamente retractilado, además de ropa de lo más original, lámparas de diseño a precios más que asequibles, cualquier álbum de fotos de Nobuyoshi Araki, golosinas japonesas que fueron populares hace cincuenta años, carteles de cine, videojuegos de 8 bits, los relojes más raros, y un interminable etcétera.
Aún no ha caí­do ninguna en mis manos, pero después de ver los trabajos de algunos aficionados y de algún que otro profesional de la talla de Daido Moriyama, la verdad es que me lo estoy planteando.
A propósito de Moriyama, si estáis por Sevilla o cerca de la capital andaluza no dejéis de visitar la exposición que este fotógrafo hace en el Centro Andaluz de Arte Contemporáneo, que estará allí­ hasta el próximo 17 de junio. Merece muchí­simo la pena.

La semana pasada pasé por Junkudo y me traje un par de libros relacionados con el mundo de Holga. Son estos de las fotos:

El primero es del artista del que os hablo, Daido Moriyama, quien usando una Holga modelo t-82 recopiló un precioso álbum de fotografí­as de Japón en blanco y negro.

El segundo de los libros es otra recopilación de instantáneas que un grupo de veinte personas del mundo del diseño y de la música (prácticamente la mayorí­a son japoneses, aunque hay algún que otro gaijin por ahí­ también), que fueron tomadas exclusivamente con cámaras Holga mientras viajaban por diversos puntos del planeta (por ejemplo Barcelona).

Ambos libros son un auténtico placer para la vista.

No he podido evitar intentar emular el efecto Holga con mis fotos usando Photoshop. No es lo mismo, obviamente, pero hasta que me haga con una de ellas habrá que conformarse. Bueno, ahí­ van, a ver qué os parecen:

La Kobe Tower en color, que me ha quedado más parecida a una Polaroid que a una Holga…

La misma imagen en shirokuro. A propósito, la imagen es del pasado domingo.

Este es el puerto de Kobe a la altura de Higashi Nada, con Sannomiya al fondo.

En la misma zona, muy residencial, hay un parque donde algunas familias hacen sus barbacoas en la tarde de los fines de semana.

Esta la tomé en el Museo de Arte de la Prefectura de Hyogo (en Nada), a donde fui el domingo pasado para ver una exposición bastante interesante sobre Rodin. El señor que aparece estaba tomándose un descansito. La tarde invitaba a ello.

Y otro descansito el que se tomaba este otro señor en el koukashita de Sannomiya.

Otro intento de conseguir una Holga a partir de las flores de los jardines de Kenchoumae.

Esta imagen y la siguiente pertenecen al santuario sintoí­sta de Tenman, en Kitano. Lugar desde el cual tenemos una vista panorámica de Kobe que no debéis perderos.

La mujer y su hija viven en el templo junto al resto de su familia.

Y finalmente los maniquí­es de los almacenes Comme Ca en Harborland.

Si queréis ver fotos hechas con Holga id a este grupo de Flickr.com.