Comenzó oficialmente hoy la temporada de lluvias en Kansai, de modo que nos queda por delante un mes de humedad y agua, mucha agua cayendo de un cielo que se ha tornado plomizo. Dicen que será más breve este año, cosa de “la Niña”. Yo odio esta época, especialmente odio eso de manejar la bicicleta con una mano mientras con la otra sostengo el paraguas… Pero es un engorro necesario, crucial para el campo.
Hoy os muestro unas fotos que tienen algo más de un mes, cuando estuve por Kusatsu, en la prefectura de Shiga, justo cuando empezaba la plantación del arroz. Es impresionante caminar entre estos enormes arrozales, que una vez inundados de agua parecen gigantescos espejos colocados sobre la tierra.
Campesino fumigando para dejar bien preparada la tierra antes de la siembra.
Uno de los canales que bordean los arrozales y que traen las aguas del lago Biwa.
El mismo canal desde otro ángulo.
A la caída de la tarde una charla entre vecinos.
Una de las modernas máquinas para plantar el arroz.
El primer arrozal inundado del año.
Realmente parecen espejos vistos desde la lejanía.
Durante la pasada Golden Week estuve un par de días por la prefectura de Shiga. Esta vez aproveché para visitar otro de los grandes templos de la zona, Miidera, del que os hablaré en un próximo post. Hoy os quiero mostrar lo que encontré junto a uno de los aparcamientos que hay cerca de la entrada al recinto de Miidera.
Como habréis podido adivinar se trata de un cementerio de mascotas.
Ya en alguna que otra ocasión he hablado del trato que las mascotas reciben en este país durante el tiempo que están con sus dueños, pero resulta que cuando estos animalillos dejan esta vida sus dueños, en algunos casos, no solo no les olvidan sino que les rinden culto como a cualquier otro ser querido fallecido.
Nombres y más nombres de mascotas homenajeadas por sus agradecidos dueños.
La verdad es que yo nunca he tenido perro o gato, tan sólo tuve algunos canarios, alguna que otra carpa o pececillos rojos y una tortuga, mascotas que difícilmente marcan la vida de uno, por mucha pena que dé el perderlas. Por tanto no puedo sino tratar de comprender el vacío que a sus dueños les puede ocasionar la muerte de uno de esos perros o gatos que llegaron a casa un día siendo cachorrillos y que siempre respondieron fielmente a la voz de su amo. Sin duda ha de ser un mal trago.
La taza donde solía beber este pequeño, de nombre Yuutachan.
Me sorprendió ver aquel muro con los nombres de tantas mascotas y todos aquellos objetos que esos animales usaron en vida. Como si se tratase de personas sus dueños acuden al lugar con flores, colocan velas, fotos, incluso comida. Realmente no creo que la fidelidad de esos animales no merezca todo eso, me agrada ver que se ganaron el reconocimiento más humano: el de ser recordados.
Ya hace algún tiempecillo os hablábamos de Hachimanyama, en la prefectura de Shiga. Lo cierto es que no acabamos de contaros nuestra visita, así que como más vale tarde que nunca aprovechamos hoy para retomar aquello. Así pues, si no visteis aquella entrada aún y queréis situaros mejor os recomendamos que echéis un vistacito antes aquí.
Y empezamos entonces donde dejamos aquel post, a los pies de Hachimanyama, ya en la ciudad de Omihachiman. Precisamente en la siguiente imagen podemos ver la montaña y el cable del teleférico que nos llevó hasta lo alto:
La pequeña ciudad de Omihachiman está rodeada por canales que portan aguas provenientes del Lago Biwa, lo que le da su aspecto de auténtica ciudad lacustre. Los canales tuvieron en su momento una utilidad defensiva. Hoy en día son un atractivo turístico en la zona y podemos pasar por ellos en alguna de las pequeñas embarcaciones que ofrecen este servicio a los turistas.
Nosotros no lo hicimos por dos razones: ya lo habíamos hecho en las cercanías durante el mismo día, y además llegamos a Omihachiman un poco tarde, cuando ya los barqueros se marchaban a casa.
El lugar es precioso. Las construcciones que hay a los lados de los canales guardan el estilo de Kurayashiki. La mayoría son viviendas, todo un lujo poder vivir en un lugar así, ¿no?:
Este soy yo:
Y estas algunas de las embarcaciones de las que os hablamos:
Si os fijáis bien se ven dos personas con ropas de color azul claro. Son dos barqueras que volvían a casa. El reflejo de las casas en el agua en calma os aseguro que tiene un efecto relajante increíble :-):
Aquí Yito se asoma para descubrir que los canales llegan más lejos de lo que ella pensaba…:
Uno de los puentes de piedra y madera que cruzan los canales:
La ciudad es famosa por la fabricación de tejas negras. Hay incluso un museo dedicado a ello. Este horno podría ser perfectamente funcional pero ahora está expuesto al público:
Cuando visitamos el lugar la primavera ya iba dando paso al verano, buscar la sombra ya comenzaba a ser algo habitual y la humedad se iba dejando notar con más intensidad. En Omihachiman, a la caída de la tarde, se agradecía la brisa fresca a la que contribuían las aguas del lago y la vegetación del lugar:
En medio del puente el padre de Yito y un servidor, y a la izquierda un sakura con la floración un poco tardía:
Este otro es un puente de barcas:
Y posando delante del sauce llorón Yito y Vito:
Para llegar a Omihachiman podemos usar la JR desde Kyoto u Osaka. Desde Kyoto en unos 30 minutos estaremos allí. Si tenéis la ocasión os recomendamos que vayáis, no os defraudará.
Ohisashiburiyo!. Bueno, ya estamos de vuelta, se acabaron las vacaciones y de vuelta al trabajo. La verdad es que fueron breves pero intensas. Conocimos algunos lugares nuevos para los dos y una parte importante de las vacaciones es aquella en la que se comparten las vivencias con los amigos, así que desde hoy y en varios posts queremos hacer exactamente eso, compartir con ustedes nuestros viajecillos y, por qué no, animaros a los que pasáis por Japón a incluir los destinos que os mostramos en vuestro itinerario.
Empezamos por una pequeña isla ubicada en mitad del que es el mayor lago del país, el lago Biwa, con 674 kilómetros cuadrados. La pequeña ínsula se llama Chikubushima y abarca un espacio de unos dos kilómetros cuadrados y tiene una altura máxima de 197.6 metros.
Para acceder a ella existen varios medios, todos acuáticos, por supuesto. Nosotros optamos por un barco que parte desde Hikone, en el norte de la prefectura y en unos 40 minutos estamos en la isla. El precio depende del lugar que elijamos y del día en concreto. Nos salió algo caro puesto que estábamos en pleno Obon, ida y vuelta unos 2600 yenes. A propósito, hay barcos desde las 10:10 hasta las 15:10 para salir y hasta las 16:20 para volver. La visita que hace la gente suele durar una hora, pero nosotros estuvimos dos, simplemente antes de que salga nuestro barco desde la isla basta con avisar a cualquiera de los empleados de que volveremos en el próximo barco (ellos llevan el control de sus pasajeros para no perder a ninguno!).
Este es nuestro barquito:
El pequeño trayecto se hizo bastante agradable, especialmente si tenemos en cuenta el calor que hacía ese día, ahí en el barquito el viento hacía que uno se olvidara de lo que marcaba el mercurio. Por cierto, es un lago pero el agua es igual de azul que la del mar. Este soy yo con los pelos al aire y en la siguiente foto Yito también se suelta la melena:
Fijaos que en Japón hasta en este tipo de embarcaciones hay máquinas expendedoras de bebidas:
Una pequeña muestra en video para que podamos ver que el barco no iba precisamente lentito (un chico aprovechaba el oleaje causado por nuestro barco para saltar con su moto acuática):
Un grupo de aves vuela en formación, señal de que estamos llegando a la isla, adonde ellas también se dirigen:
Y por fin llegamos a la isla. He leído que esta isla tuvo mejores momentos en cuanto a su vegetación. Imagino que tifones y heladas (en esta zona en invierno hay enormes nevadas) tienen su efecto sobre el medio. De todos modos es impresionante, un lugar de verdad onírico, las fotos no le hacen mucha justicia…:
Una vez en la isla accedemos al complejo que es visitable a través de este pasillo lleno de tiendas de souvenirs, refrescos o helados, sobre todo del tipo kakigori, como el que Yito está comiéndose (es hielo picado con algún jarabe dulce, el de la foto en concreto es de limón):
Lo primero es lo primero, nos lavamos las manos en la entrada del templo:
Uno de los edificios más impresionantes de la isla es este templo, cuya cubierta podemos visualizar desde una de las escarpadas escaleras de piedra existentes en la isla:
Entrado en ese templo podemos acceder a un largo pasillo en forma de “L” desde cuyos ventanales tenemos una vista increíble del lago:
Si seguimos andando por ese pasillo llegamos a un edificio cuya función es la de mirador. En el centro de él podemos comprar unos pequeños platitos de arcilla de unos 7 u 8 centímetros de diámetro, sobre los que podemos escribir algún mensaje a modo de “defixio” romana pero de buen rollo. Posteriormente esos platitos son lanzados para que atraviesen el interior de uno de los “torii” que hay en el lugar. Fijaos en la foto, el suelo está cubierto de trozos de ellos:
Este video no es muy bueno pero podéis ver parte de ese pasillo del que os hablo y el mirador (por cierto el intenso ruido de fondo es de las cigarras):
Es una de las partes más atractivas de la isla, podemos disfrutar de un momento de relax mientras disfrutamos del paisaje bajo la sombra. Aquí estoy yo buscando la curvatura de la tierra :-p :
El embarcadero no sólo acoge a las embarcaciones turísticas sino también a las particulares. Me encantaría tener un barquito como el de Tony Soprano para visitar estos lugares…:
Cerca de la salida hay un gran ryokan, lo podemos ver aquí tras los dos torii, allá donde una mujer está tendiendo toallitas y poniendo cubos a secar:
La misma señora la podemos ver aquí manteniendo una charla con una amiga, posiblemente una de las encargadas de una de las pequeñas tiendecillas que veíamos antes:
La vegetación es muy variada en la isla, además en otoño el lugar debe ser precioso pues hay muchos árboles tipo “momiji”. Un ejemplo de esas variedad la tenéis aquí, en estas hojas con forma de corazón:
Aquí Yito y Vito acalorados tras llegar a la parte más alta visitable:
Y finalmente una imagen del aspecto de la isla al alejarnos de ella ya de vuelta:
De verdad merece la pena visitar este tipo de lugares. Imagino que hay cientos de islas como esta por todo Japón. Nosotros os recomendamos esta debido a la cercanía de Kyoto, puesto que todos los visitantes suelen pasar por Kyoto y es una ocasión para visitar la prefectura colindante. Además tenemos al lado el famoso castillo de Hikone, uno de los más famosos de todo el país.
Bueno, por hoy hasta aquí, la próxima parada de este blog es Hiroshima!!!.
La semana posterior a la Golden Week está siendo intensa en cuanto al trabajo, por ello eso de postear cuesta un poquito más. Bueno, hoy tenía un pequeño hueco, de modo que hemos querido seguir enseñándoos el lugar que visitamos en Shiga hace unos días, justo después de nuestro paseo en barca. Se trata de Hachimanyama, una montaña a la que se puede acceder a través de un teleférico y desde donde tenemos una vista bastante privilegiada del lago Biwa y de la parte sureste de la prefectura, a 271,9 metros de altura.
Allí existió un castillo levantado por Toyotomi Hidetsugu en el año 1585. Actualmente sólo quedan algunas ruinas de aquel castillo, pero la estructura de toda la ciudad persiste desde entonces a pesar del paso del tiempo. Si tenéis interés en conocer más acerca de Toyotomi Hidetsugu os recomiendo que sigáis el enlace que he dejado en su nombre, es muy interesante.
Aquí podéis ver un panfleto sobre el lugar y la pequeña ruta que podemos seguir tras subir a la montaña:
Y este es el ticket del teleférico, sellado al subir y al bajar (como anécdota os puedo contar que una pareja de brasileños sólo compraron un ticket de subida y después se hacían los locos a la hora de bajar…, el caso es que coló, pero por 300 yenes más que costaba bajar resultó un poquito feo, aunque una vez más los japoneses se mostraron bastante amables al permitirles acceder al teleférico que nos bajaba):
En este mapa os he resaltado con color rojo el lugar desde el que está grabado el primero de los videos que tenéis más abajo, y en azul el lugar donde tomamos el resto de fotos y el segundo video:
Esta foto está tomada justo donde nos deja el teleférico una vez que llegamos arriba. La silueta es de Yito (échate pa un lao, que no vemos!!! (>_<) ):
Fijaos en el detalle del momiji, totalmente rojo debido al frescor que allí arriba hay, en pleno mes de mayo!!!:
En el templo budista que existe en el monte desde 1568 podemos ver algo que nos puede llamar la atención por su excepcionalidad, hay mujeres bonzo:
Aquí estoy yo posando con mi camiseta del clan tortuga!:
Antes veíamos un momiji en pleno mayo, pero, ¿qué me decís de este sakura florecido tan tarde?!, por supuesto la razón es la misma que para el momiji (Yito posa):
En este primer video tenéis esa vista panorámica que os comentaba al principio. Fijaos en como se ven los arrozales desde lo alto:
Hice un panorama que nos puede dar una idea aproximada de cómo es el lugar. Aquí sólo puedo poner una versión reducida de ese panorama, pero si queréis verlo un poquito más grande pulsar aquí. Por cierto, la montaña que vemos a lo lejos en el horizonte tras el lago es Hieizan.
El jueves pasado fuimos a pasar el día a la prefectura de Shiga, de donde Yito es natural (tenéis algunos posts sobre algunos otros lugares de dicha prefectura en la categoría que lleva su nombre). Ella siempre siempre me dice que Shiga es bastante Âinaka (pueblerina), pero os aseguro que es uno de los sitios más impresionantes que encontraréis en Japón, lleno de naturaleza y con gran interés histórico-cultural.
Es también una suerte y un privilegio tener a un guía como Akio, el papi de Yito, a pesar de que aún mi entendimiento del Kansai Ben deja mucho que desear…
En esta ocasión fuimos a Omihachiman, ciudad de la que os iremos hablando en varios posts. En el de hoy os enseñaremos nuestro paseo en una pequeña embarcación a través de uno de los canales que llegan al lago Biwa y que a su paso dejan fértil la tierra de la zona, uno de los principales puntos para el cultivo del arroz en el país, arroz que tengo el privilegio de comer todos los días!.
Este es el panfleto de una de las empresas que ofrecen este servicio de mini tours de aproximadamente una hora:
En cada barquita van entre tres y ocho personas, más o menos, más el barquero. Aquí vemos el momento en que dos de estas embarcaciones emprenden su salida:
上 水郷めぐりのパンフレット。3~4業者が水郷めぐりをしています。
下 乗り場。
Aquí veis una de ellas con más detalle. Por ser Golden Week había más clientes de lo habitual y sólo un servidor era ÂgaijinÂ, así que me temo que yo formaba parte del espectáculo…:
Este es uno de los barqueros, muy pintoresco él con su sombrero de paja:
Si preferís verlo en un video aquí os lo pongo. Nuestro barquero comentaba en tono de broma a su compañero que como había muchos clientes era mejor no ir tan rápido, porque le esperaba otro grupo para salir inmediatamente después de acabar con el que llevaba, por eso las risas 😀 :
Eso de llevar el barquito no creáis que fácil, requiere una perfecta combianción de fuerza y equilibrio y un buen protector para el sol, y os lo digo desde la experiencia, jajajaja:
El paisaje varia según la ruta que elijamos. Lo mejor es ir echado en esa barquita, bajo el pequeño techo que nos cubre del sol y al mismo tiempo disfrutando de ese paisaje con una temperatura perfecta y una brisa que invita a la siesta. Eso que vemos en esta foto es un lugar dedicado a recibir a las aves migratorias a partir de septiembre:
Yito disfrutando del momento:
下 至福の時間。
Aquí os dejamos otro video. En esta ocasión la embarcación que nos precedía hizo una paradita para comprobar quien lo guiaba si las redes que había dejado en el lugar habían capturado algún pez. En realidad no son propiedad de ese señor sino de otra persona, pero el señor bromeaba diciendo una frase que popularizó ÂGiganteÂ, el personaje grandote de Doraemon, que decía: “omae no mono wa ore no mono” (“las cosas de los demás son mías”; el la cambia un poquito pero viene a decir lo mismo):
Llegaron por fin las esperadísimas vacaciones de invierno!!!.
Bueno, dentro de unas horas salimos de Japón con destino a Sevilla. Por ello será muy difícil que podamos postear en nuestro blog durante las fiestas.
Pero con toda seguridad volveremos a hacerlo desde mediados de enero, cuando estemos de vuelta en Motomachi.
Como despedida del año hemos querido poner algunas fotos especiales, y esta vez le ha tocado a Yito, las fotos son suyas. Las hizo esta semana cuando fue a casa de sus padres en Shiga Ken.
Allí suele hacer mucho más frío que en Hyogo. En el norte de Shiga, en Hikone, hace dos días mientras en Kobe había un par de centímetros de nieve en el suelo allí había 50 centímetros y en Yogo, también en Shiga, había 150 centímetros.
Kusatsu es la localidad que veis en las fotos de hoy. Es un lugar de campesinos, con un encanto especial en cualquier época del año. Al fondo de esta foto, tras las casas todas del más puro estilo japonés vemos las montañas coronadas de nieve. En la misma cadena de montañas, pero más al sur (más a la izquierda de la foto) está Hieisan.
Este señor que vemos aquí recogiendo lo que creo que son los restos, ya quemados y resecos por el frío y la nieve, de “mame” (esas judías verdes que nos ponen en los isakaya como aperitivos) es el padre de Yito, quien ya os presentamos en el post sobre el templo Konpon Chudo.
Otsukaresama!!!!.
Una bonita puesta de sol en las cercanías del lago Biwa.
Y aquí la misma secuencia pero a través de las ramas de un cerezo.
上・下 日が沈んで行く瞬間を撮ってみました。
Yito y yo os queremos agradecer vuestra amabilidad contenida en todos los comentarios que nos habéis escrito en todo este tiempo a todos los que nos habéis estado visitando en nuestro blog. A todos nuestros lectores, donde quiera que estéis en estos días, os deseamos una Feliz Navidad y un Próspero Año Nuevo!, Merry Christmas and Yoi Otoshi wo!!.
Seguimos hablándoos hoy del área este de Enryaku-ji. En concreto hoy nos referiremos al Dai-Kō-Dō.
Allí se dan conferencias y se realizan debates sobre las enseñanzas budistas. Cada cinco años se celebran unos debates especiales sobre los sutras y otros temas del budismo en un estilo tradicional denominado ÂHokke DaieÂ.
El edificio original fue arrasado por el fuego en 1956. El actual, originalmente llamado Sanbutsu-dō, fue trasladado y recolocado desde la ciudad de Sakamoto, que es el lugar desde el que parte el funicular que os mostramos hace dos posts.
Este que veis de fondo es el edificio central del Dai-Kō-Dō. Delante podemos ver a un grupo visitantes con su guía al frente, una imagen realmente típica en Japón.
Este dragón espera a los peregrinos que hacen el pequeño ritual del Okiyome, que consiste en lavarse las manos con el agua de la fuente.
Shourou es el nombre de esta campana enorme que está junto al templo. Esta campana sonará 108 veces en el O-misoka, la Noche Vieja japonesa. Es el rito conocido como Joya no kane. Se toca ese número de campanadas para eliminar de los corazones de las personas que las escuchan los 108 defectos humanos, como el deseo, la posesión, la ira y la envidia. Podéis leer sobre el O-misoka en el libro Ryu Murakami ÂSopa de MisoÂ.
En estas fotos Yito y yo golpeamos la campana. Es muy bonito el sonido que sale de ella y se escucha por toda la montaña.
上 Yito&Vito、ひと突き。
下 いろんな色に紅葉しています。
Esta otra foto es de uno de los Tourou del Dai-Kō-Dō.
Finalmente aquí tenéis una vista general del Dai-Kō-Dō.
Seguimos hoy en el punto donde dejamos ayer la narración, hablaremos pues del templo Konpon Chudo, señalado en el mapa del anterior post con el número 3.
Se trata de un tesoro nacional y es el templo central del complejo existente en el monte Hiei, además es el templo principal de la secta Tendai del Budismo.
Dengyo Daishi Saicho (767-822 d.C.), fundador de la citada secta, construyó el templo original en el 788 d.C. como un lugar para orar por la paz en Japón.
En 1643 el Shogun Tokugawa Iemitsu comisionó la construcción del templo actual con un estilo arquitectónico único de la estructura Tendai.
El templo alberga la escultura de madera del Buddha de la medicina, “Yakushi-Nyorai”, esculpido a mano por Dengyo Daishi Saicho.
Las linternas colocadas en frente del “Yakushi Nyorai” son llamadas “La luz del eterno Dharma” y han estado encendidas continuadamente durante los últimos 1200 años y deberán seguir así hasta el momento en el que el Buddha del futuro, “Maitreya”, aparezca sobre la Tierra.
“Goma”, la ceremonia religiosa para orar por la paz y la prosperidad del país y de sus gentes es realizada allí a diario.
Desafortunadamente no podemos ofreceros fotos del interior del templo, ya que está prohibido tomar fotografías allí. A cambio os mostramos algunas del exterior y de los aledaños.
En esta primera instantánea vemos la rampa de acceso al templo, que queda a la izquierda. A la derecha hay un árbol de momiji con las hojas marrones que poco a poco quedan desperdigadas por el suelo. La pequeña que aparece en la esquina inferior izquierda lleva algunas de estas hojas en su mano.
Esta es la entrada al Konpon Chudo. En esta pila los fieles colocan barritas de incienso. Su humo dicen que transmite la inteligencia a las personas con las que entra en contacto. Es normal ver a algunos que atraen para sí este humo. Este señor que sale en la foto es el padre de Yito, nuestro guía en Enryaku-ji.
Antes de entrar al templo hay que descalzarse. Es algo normal en Japón. También si lleváis sombrero tendréis que quitároslo.