Kibune (貴船), 1ª parte

No muy lejos del centro, a apenas treinta minutos en tren en dirección norte, encontraremos uno de los secretos más valiosos de Kyoto, los valles de Kibune y Kurama. Allí­ estuvimos hace ahora un mes, en busca del paisaje invernal más tradicional y pintoresco que puede ofrecer Japón.
La guí­a Lonely Planet aconseja comenzar la exploración del lugar desde Kibune si elegimos el invierno para ello, y así­ decidimos hacerlo. Hoy mostraré un poquito del trayecto de subida desde la pequeña estación de Kibune Guchi hasta la entrada del santuario sintoí­sta de Kibune.
En nuestro caso, puesto que salimos desde Sannomiya en Kobe, llegamos a la estación de Hankyu Kawaramachi (河原町) y desde allí­ caminamos hasta la estación de la lí­nea Keihan (京阪), unos cinco minutos a pie. Una vez allí­ compramos un billete especial llamado “Kurama-Kibune 1 day ticket” (es el que veis en la imagen):

Por 1140 yenes podemos ir desde la estación de Shijyou (四条) hasta Demachiyanagi (出町柳) y una vez allí­ tomar el tren panorámico de la lí­nea Eizan (叡山) que nos lleva hasta Kibune Guchi o Kurama. Con el mismo ticket podremos luego hacer el camino de vuelta.

La subida es espectacular si tenéis la suerte de disfrutar de un dí­a con el tiempo que nos tocó a nosotros. Al salir de Demachiyanagi el cielo estaba despejado y bien celeste, pero conforme ascendí­amos í­bamos viendo como la nieve comenzaba a caer. La siguiente imagen es de la estación anterior a la de Kibune Guchi, su nombre es Ninose:

Una vez en Kibune Guchi paramos para celebrar la llegada tomando una instantánea. También era el momento de pararse a reflexionar sobre la dureza de la excursión que tení­amos por delante, el termómetro ya señalaba 0 grados y estábamos en el punto de menos altitud de nuestro recorrido:

Saliendo por la parte derecha de la estación empezamos a caminar cuesta arriba siguiendo la carretera:

Una paradita para tocar la nieve. Lo cierto es que para mi era la tercera vez en mi vida que tení­a la ocasión de pisarla:

En el camino una señal nos avisa de que los animalitos del bosque lloran si hay un incendio 🙁 :

Las carreteras de montaña en Japón suelen ser estrechitas, en muchos lugares de un carril único en algunos tramos, obviamente se usa el mismo para subir y bajar, de modo que estos espejos son más que necesarios:

Aquí­ Ana y Yito hacen un alto en el camino para averiguar que dice el cartel. Se trata de un lugar llamado “Hotaru Iwa”, literalmente “La Roca de las Luciérnagas”. La pureza del agua es bastante alta, pues de no ser así­ es poco probable que estos coleópteros puedan criar allí­. Debe ser un espectáculo pasear por este rincón en una noche de verano:

Por todo nuestro camino tenemos a nuestro lado derecho el rí­o Kibune:

Y tras una media hora de camino comenzamos a ver las primeras casas, convertidas en restaurantes en su mayorí­a:

Para llegar a Kibune Jinja hemos de pasar de largo una vez ante la escalera que posteriormente habremos de tomar para dirigirnos a Kurama, cuyo punto más alto se sitúa a 634 metros sobre el nivel del mar:

Junto a la entrada de uno de los espectaculares restaurantes de Kibune Gawa estaba este simpático tanuki:

En estos establecimientos se puede disfrutar durante la temporada estival de las comidas conocidas aquí­ como kawa-doko, servidas en plataformas sobre el mismo rí­o. He oí­do que se trata de una de las experiencias más refrescantes que nos puede ofrecer el extremo verano de Kyoto, aunque los precios suelen ser bastante altos y se recomienda reservar.

Tras este puente está el camino de ascenso a Kurama. Aprovechamos para sacar esta foto:

Y, como os decí­a, hoy llegaremos hasta el torii de entrada del satuario de Kibune. Desde aquí­ continuaremos en un próximo post:

4 Responses to “Kibune (貴船), 1ª parte”

  1. Basileia says:

    Jo, que suerte. Cuanta nieve y el paisaje es precioso. Yo me mude a Barcelona para ver más nieve y no veo tanta como quisiera. Sólo el año pasado vi algo. Soy de Canarias y allí­ no nieva más que arriba del todo y sólo cuando hace mucho frí­o.

  2. An says:

    Pues si que se ve pintoresco, que envidia más cochina, aqui solo recuerdo nevar tres veces y una era bebe 😛 Saludos meu

  3. […] post atrás os mostraba un pedacito de Kibune. Hoy vamos a proseguir con el viajecito, aunque ahora cuando os escribo acaba de temblar todo esto […]

  4. Kato says:

    Acabo de encontrar tu blog por medeio del de kirai (que también hace poco que lo encontré) y leyenda oeste artí­culo querí­a preguntarte el porqué le llaman tanuki a esa especie de estatua, una de mis grandes aficiones son los bonsais y ese ámbito la palabra tanuki hace referencia a un planton incrustado en una madera muerta vieja procedente de otro árbol, tiene posible relación?¿
    Un saludo y enhorabuena por el post, muy bueno.

Leave a Reply